Chile iniciará en 2012 la construcción de una zona de simulación de la Luna y Marte para experimentar tecnologías
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Chile iniciará en 2012 la construcción de una zona de simulación de la Luna y Marte para experimentar tecnologías

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(infoespacial.com) Santiago de Chile.- A partir de junio de 2012 comenzará la construcción en el norte de Chile, de la denominada Moon Mars Atacama Research Station (MMARS), un centro en el que, aprovechando las inhóspitas condiciones de la zona, se realizarán experimentaciones de futuras tecnologías y equipos que podrían utilizarse en la colonización de la Luna y Marte.

El desierto de Atacama es el más árido del mundo y la escasa humedad, junto a una alta radiación ultravioleta, los fuertes vientos y la composición del suelo, facilitan las condiciones extremas ideales para simular la superficie y los ambientes de Marte y de la Luna.

Según anunció Diario Finaciero el centro ocupará más de 270 hectáreas en la región de Antofagasta, y contempla una inversión superior a los 30 millones de dólares. En el proyecto participan la NASA, la Agencia Chilena del Espacio, la asociación estadounidense Mars Society, Conicyt y la Universidad de Antofagasta, entre otros actores.

Diego Clavería, director del programa MMARS, explicó que el proyecto estará dividido en tres etapas. La primera consiste en el desarrollo de una construcción modular o hábitat aislado desde el punto de vista técnico y operacional, y autosustentable en términos energéticos, acuíferos, alimenticios, entre otros, que permita hacer “estudios de simulación de ambientes y tecnología para la colonización de la Luna y Marte”.

Las 170 hectáreas que involucra esta etapa se ubicarán en Yungay, a 80 kilómetros de la ciudad de Antofagasta. Mientras, en 100 hectáreas en una zona cercana a Calama se construirá en marzo de 2013 un parque de pruebas de equipos robóticos y de tecnologías, que faciliten, por ejemplo, la toma de muestras fuera del hábitat cuando se explore la Luna y Marte.

“También se probarán distintos tipos de tecnologías para generar energía, focalizándose en la solar fotovoltaica y eólica. En un comienzo esta etapa involucra la construcción de una planta de energía de 24MW, de los cuales 22 serán generados por paneles fotovoltaicos y 2 por aerogeneradores”, indicó Clavería.

Igualmente se tiene contemplado contar con un centro de innovación educativa, que busca acercar las ciencias a los establecimientos educacionales. Tendrá un observatorio, museo y salón de divulgación científica.

Presentado en 2010

El proyecto, liderado por la Universidad de Antofagasta, ya fue presentado en diciembre de 2010, comentándose que no solo sería un  complejo científico y tecnológico, sino también y turístico

Según indicó entonces el diario El Mercurio, las instalaciones incluirán módulos en superficie y subterráneos, que simularán una colonia y estación espacial, plataformas de lanzamiento móviles, laboratorios de investigación, planetario, invernaderos y senderos de excursión para visitantes.

Las principales áreas de desarrollo serán la astrobiología, el manejo y la generación de fuentes de energía sustentables, terraformación (invernaderos con desarrollo de cultivos agrícolas y reciclaje de agua), medicina aeroespacial, educación y turismo.

Carmen Gloria Jiménez, académica de la Universidad de Antofagasta, y una de las coordinadoras chilenas del proyecto, explicó que hay experiencias previas en Utah (EE.UU.) y en la isla Devon, en el Ártico canadiense. En 2011, señaló entonces la investigadora, se construirán los primeros laboratorios, usando como materiales los fuselajes de aviones Hércules.

Allí se estudiarán, entre otros, microorganismos denominados extremófilos, que han sobrevivido al menos 26.000 años en volcanes, salares y lagunas cercanas, como Licancabur y Ascotán. También se trabajará con operadores turísticos, universidades e industrias mineras para patentar innovaciones tecnológicas.

Entre los impulsores del proyecto, además de los citados, El Mercurio mencionaba al Instituto SETI, la Agencia Espacial de China y más de 40 empresas que prestan servicios a la investigación y carrera espacial estadounidense, así como la Fuerza Aérea Chilena.  Según se anunció  en diciembre pasado, los avances del proyecto serán expuestos durante 2011 en la feria Fidae, en Santiago. En marzo pasado se esperaba la visita a la zona una delegación de la Agencia Espacial de China, que proyecta contar hacia 2020 con bases subterráneas en la Luna para extraer minerales.

Zona ya empleada

Las excepcionales condiciones del desierto de Atacama hacen que ya desde hace tiempo sea empleado en proyectos astronómicos y astronáuticos por su similitud con Marte.

Por ejemplo, en 2009, el Centro de Astrobiología, organismo conjunto del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) españoles, en colaboración con la chilena Universidad Católica del Norte, realizaron una campaña para estudiar el subsuelo del entorno árido salino de Atacama y probar nuevos equipos de detección de vida en ambientes extremos, con vistas a perfeccionar la instrumentación para futuras misiones de exploración espacial.

Por otra parte, en el llano de Chajnantor, ubicado 55 km al este de San Pedro de Atacama, y a cinco mil metros de altura, 20 países desarrollan el programa ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el proyecto de radioastronomía más grande del mundo.

Con un presupuesto inicial de mil millones de euros (unos 1.300 millones de dólares) ALMA permitirá desplegar en una zona sin contaminación numerosas antenas, que funcionaran juntas creando un radiotelescopio de enorme potencia. Además, la extensión de la planicie posibilitará que las antenas se puedan desplegar a distancias entre sí que van desde los cien metros hasta los 16 kilómetros.

Por el momento ya se han instalado quince antenas y a finales de septiembre, con dieciséis antenas operativas, ALMA comenzará su operación científica. Posteriormente se irán sumando otras parabólicas hasta llegar a las 66 finales (54 de doce metros de diámetro y 12 de siete metros). En este gigantesco proyecto se han aliado los quince países -catorce europeos y Brasil- que participan en el Observatorio Europeo Austral (ESO en inglés), junto a Canadá, Estados Unidos, Japón y Taiwán, todo ello con la colaboración de Chile.

ALMA será capaz de obtener detalles con al menos diez veces mayor resolución que el telescopio espacial Hubble.



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