Lisa Pathfinder libera con éxito sus dos masas de prueba
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Lisa Pathfinder libera con éxito sus dos masas de prueba

Lisa Pathfinder 2
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La misión Lisa Pathfinder de la ESA liberó el pasado 16 de febrero sus dos masas de pruebas y pronto comenzarán con su misión científica. Estos dos cubos de una aleación de oro y platino estarán en unas condiciones de caída libre jamás logradas con el objetivo de validar las tecnologías necesarias para observar ondas gravitatorias desde el espacio.

Lisa despegó el 3 de diciembre y alcanzó su órbita operaciones el 22 de enero, a unos 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección al Sol. Mientras continúan las pruebas de los sistemas del satélite, las dos masas de prueba de 46 milímetros de lado ya están flotando en el interior de la sonda, a unos pocos milímetros de las paredes de sus carcasas, separados 38 centímetros y conectados tan solo por un serie de haces láser.

“Enviamos estos cubos al espacio para recrear unas condiciones que son imposibles de conseguir bajo la influencia del campo gravitatorio de nuestro planeta”, explica el científico de este proyecto para la ESA, Paul McNamara.

Los técnicos aún tendrán que esperar otra semana antes de que los cubos se dejen completamente a merced de la gravedad, sin que ninguna otra fuerza actúe sobre ellos. Hasta entonces se aplicarán unas minúsculas fuerzas electrostáticas para mantenerlos separados de sus carcasas mientras el satélite sufre las perturbaciones provocadas por las fuerzas externas, como la presión de la radiación solar.

Misión científica

Según lo previsto, Lisa Pathfinder comenzará el próximo 23 de febrero su misión científica: los cubos permanecerán en caída libre y el satélite medirá cualquier desplazamiento de las carcasas hacia ellos y lo corregirá utilizando un avanzado sistema de micro-propulsión, manteniendo en todo momento al satélite centrado sobre las masas. 

En estas condiciones los científicos pasarán varios meses realizando experimentos para determinar con qué precisión es posible mantener la posición relativa de las dos masas en caída libre. La distancia entre los cubos se monitorizará a través de los haces láser que los conectan. La precisión que se tratará de conseguir es del orden de una milmillonésima de milímetro.

A partir del 1 de marzo, la misión tratará de lograr las condiciones indispensables para poder observar ondas gravitatorias desde el espacio. El éxito de la misión pasa por mantener estas masas en una caída libre extremadamente precisa, aislándolas de todas las fuerzas externas e internas con una única excepción: la gravedad.

Foto: ESA



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