El programa no ha sido sencillo. Los operadores del satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) se aseguraron de guardar el combustible necesario para que pudiera operar la nave y no se quedara a medio camino, formando parte de la basura espacial, un fenómeno que está incrementando y podría complicar desde las operaciones de los satélites de comunicación hasta la seguridad de los astronautas.El problema de la basura espacial y sus consecuencias han sido analizados con detalle por la NASA en el informe Análisis de costos y beneficios de la remediación de desechos orbitales, publicado el pasado mes de marzo.