Durante el próximo año, Farritor y la estudiante de ingeniería Rachael Wagner escribirán el software, configurarán MIRA para que quepa en un armario de experimentos de la estación espacial y probarán exhaustivamente el dispositivo para asegurarse de que es lo suficientemente robusto como para sobrevivir al lanzamiento y de que sus sistemas funcionarán como se espera en el espacio.
El brazo tiene su entrega prevista para 2025 y formará parte de una misión a Marte dirigida por la NASA en colaboración con la ESA. El instrumento se instalará en el Sample Retrieval Lander de la agencia estadounidense y recuperará los tubos llenos de muestras de suelo marciano que previamente haya recogido el róver Mars 2020.