La agencia estadounidense explica que, durante tres años, el satélite "medirá la altura del agua en cuerpos de agua dulce y el océano en más del 90% de la superficie terrestre". Esta información "proporcionará datos sobre cómo el océano influye en el cambio climático, cómo un mundo que se calienta afecta a los lagos, ríos y embalses y cómo las comunidades pueden prepararse mejor para los desastres, como las inundaciones".
Esto, a su vez, puede causar estragos en las explotaciones agrícolas, dañando los cultivos.La científica del programa SWOT Nadya Vinogradova Shiffer aseguró que esta intensificación del ciclo del agua en la tierra hace más complicado predecir futuros fenómenos como inundaciones o sequías, y que por ello es necesario "un seguimiento tanto de los cambios en el suministro de agua desde el océano como de la demanda y el uso del agua en la tierra".