Fernando Ortega, director de Telecom en Thales Alenia Space España "Tenemos que convertirnos en integradores de satélites"
España >

Fernando Ortega, director de Telecom en Thales Alenia Space España "Tenemos que convertirnos en integradores de satélites"

|

(infoespacial.com) Por Lucia Blasco. Madrid.- Para Fernando Ortega Rodríguez, director de Sistemas de Telecomunicaciones de Thales Alenia Space España e ingeniero con una dilatada trayectoria en la industria espacial, el sector español ha crecido mucho en los últimos años. Insiste, no obstante, en la necesidad de dar un nuevo salto cualitativo, para lograr ser integradores completos de satélites.

“Hay que reconocer que ha habido un cambio radical en lo que respecta a la capacidad industrial española dentro del sector”, declara en entrevista con infoespacial.com. “Esta transformación vino marcada por el ingreso de España en la Agencia Espacial Europea y la iniciativa de construir los satélites Hispasat 1A y 1B a principios de los 90. Ahora somos un sector muy activo, con una gran capacidad”.

Ha habido un incremento… Pero ¿cómo se puede seguir creciendo?

Actualmente existen en España unas capacidades que, si somos capaces de aunarlas y crear el incentivo adecuado, nos permitirían dar el siguiente salto: hoy en día somos equipistas, mientras que empresas extrajeras se encargan de la integración de los satélites. España puede, en este momento, dar el paso a ser integradora de satélites de telecomunicaciones. Yo creo que, si hay un cierto apoyo, se puede lograr.

Ahora tenemos una oportunidad fantástica a través del Hisnorsat, un satélite militar hispano-noruego fundamentalmente institucional, que va a contratar Hisdesat. Si fuésemos capaces de utilizar este satélite para dar ese salto, el progreso de la industria española sería muy notable.

¿Qué opina sobre la distribución de empresas en España?

España es un país donde las empresas aeroespaciales -sobre todo espaciales- están todavía muy dispersas. Hay dos grandes grupos internacionales presentes: Thales Alenia Space y EADS Astrium (CASA Espacio). Alrededor de estos dos grandes núcleos existe un conglomerado de empresas, muchas de ellas muy activas y competitivas, con actividad internacional importante.

Pero lo cierto es que el sector espacial en España está hoy demasiado disgregado. En un futuro quizás debería haber una cierta concentración de empresas para lograr alcanzar una presencia internacional más fuerte.

¿Cómo colabora Thales Alenia Space España con la industria española?

Somos una empresa 100 por 100 española: estamos dados de alta aquí como compañía independiente. Nuestra gestión, nuestra plantilla, son totalmente españolas y están integradas en la industria nacional.

Aproximadamente un 35 por 100 de nuestra actividad lo contratamos a la industria nacional. De hecho, esta es la mayor cifra de subcontratación que se da en la industria espacial española. Y pensamos que ese 35 por 100 lo podemos mejorar si somos capaces de no comprar un satélite fuera, sino que directamente lo hacemos en España y subimos ese escalón al que antes me refería.

Pero parece que España ya ha dado un salto importante con los satélites de observación Paz e Ingenio

En el satélite Paz la industria española no cuenta con una aportación importante. Ingenio es el primero en el que se ha hecho una diferenciación: se ha intentado en el diseño que haya un contratista principal español. Es una diferencia total.

Eso que se ha hecho en la carga útil de observación es lo que nosotros queremos hacer en las cargas útiles de telecomunicaciones. La propuesta que estamos poniendo sobre la mesa y hacia la que dirigimos intensamente nuestros esfuerzos, es que, aglutinando al máximo la capacidad industrial española, seríamos capaces de hacer no solamente la integración, sino el diseño.

Somos capaces de diseñar e integrar la carga útil de Hisnorsat. España va a poner mucho dinero en ese sistema: que sirva no sólo para tener un satélite, sino para que, de alguna manera, la industria española crezca. Y eso sin incrementar de una manera importante el coste.

¿No sería un riesgo hacer Hisnorsat en España sin experiencia previa?

Evidentemente, en España no se ha hecho nunca algo así. Sería la primera vez y eso tiene, sin duda, riesgos. Pero también quien tome esa decisión debe pensar que ahora hay una posibilidad real y que hay que asumir el riesgo y ser ambiciosos.

Hablamos de mucho dinero público que, si se deja en España, convertirá la actividad en mucho más rentable que darlo fuera. Invertir en estos sectores de tecnología es invertir en futuro, en calidad y progreso, en puestos de trabajo estables, duraderos. Es no aceptar lo que nos está pasando ahora: que somos una economía basada en los servicios.

Así pues, el problema es de dinero, pero  también de ambición, de creer que en España podemos, de ser capaces de saber que somos capaces. Y de saber qué queremos realmente.

¿Hay una sensibilidad real por parte de la Administración española hacia el sector espacial?

Tenemos un importante apoyo por parte de la Administración a través de la participación en la ESA, que supone prácticamente toda la aportación del Estado en materia espacial . ¿Estamos contentos?  Hombre, si no fuese por esto muchas de las actividades que necesitan un soporte no se podrían hacer…

La aportación en la ESA en grandes proyectos supone retornos importantes. Ahora, por ejemplo, aparecerá el satélite Meteosat tercera generación, en el que España tiene una contribución muy importante, y nosotros esperamos tener un retorno considerable en contratos, algo que es fundamental para el sostenimiento de la industria.

¿Qué echamos de menos?: lo digo una vez más: un paso al frente, querer ser más líderes. Necesitamos soporte para poder hacer proyectos propios más ambiciosos, donde podamos dar un salto en la cadena de valor.

Aquí y en todo el mundo el espacio es fundamentalmente institucional. La observación, en gran parte, y ya no digamos las misiones científicas, se financian con fondos públicos. El único mercado real, privado, donde se invierte, se compra y hay negocio son las telecomunicaciones por satélite…

Ahí es donde nosotros queremos entrar, en el  mundo de la integración de esas cargas útiles de comunicaciones. Creemos que esto revertirá en crear en España una oferta recurrente, en la que la industria seremos capaces de captar negocio fuera, sin que haga falta que el Estado invierta primero en el satélite nada más que en primer programa..

¿Así que Hisnorsat sería como un “motor de arranque”?

Sí, por su carácter institucional.

Es evidente que Hispasat tiene una actividad puramente comercial. Se mueve en el mercado de la libre competencia. No se le puede pedir que haga el esfuerzo de arriesgarse en plazo o extracoste en uno de sus satélites, aunque luego podrá beneficiarse mucho del salto que demos en sus futuras naves, para las que podremos diseñar e integrar cargas útiles de comunicaciones totalmente españolas.

Un satélite institucional, como el de Hisdesat, es la palanca para hacer esto por primera vez.

¿Hacen falta, pues, más inversiones públicas en espacio?

Hasta el momento, hemos visto crecer la industria nacional de una manera destacable en los últimos cinco años. Pero en los últimos dos años las inversiones se están reduciendo, como consecuencia de la crisis económica, y necesitamos un esfuerzo de inversión mayor por parte de las instituciones.

De lo contrario,  la capacidad que se ha desarrollado en estos años se perdería. Hablamos de áreas de conocimiento muy críticas; hay que mantener una ingeniería y hay una capacidad formativa tremenda y una capacidad ya formada. Si no damos trabajo a toda esa gente, tendrán que buscarse la vida en otros sectores, donde no podrán aplicar la capacidad tecnológica de la que disponen.

Así pues, tenemos que tener, al menos, los mismos coeficientes de inversión, para que la capacidad desarrollada hasta ahora no se pierda. Pero en realidad haría falta más dinero para  intentar aumentar nuestras capacidades propias.

Hisnorsat es un satélite en el que España va a poner mucho dinero. No se puede permitir que esa inversión se marche fuera. Se trata de una evolución en cuanto a riesgo, ambición.

En definitiva, las instituciones se tienen que creer y terminar de convencerse de que hay tecnología suficiente en España para dar este salto en la cadena de valor. Y en algunas instituciones  no es que no se lo crean, simplemente es que lo ignoran…



Los comentarios deberán atenerse a las normas de participación. Su incumplimiento podrá ser motivo de expulsión.

Recomendamos

Lo más visto