Manuel Serrano (Occam Space): "Queremos ser referentes mundiales del sistema de separación"
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Manuel Serrano (Occam Space): "Queremos ser referentes mundiales del sistema de separación"

Esta startup afincada en Coslada diseña y exporta, principalmente a EEUU, mecanismos o piezas críticas para separar los satélites de sus lanzadores
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Manuel Serrano es el cofundador, el CEO y el CTO de Occam Space, una startup madrileña que diseña, verifica y exporta mecanismos de separación, unas  piezas metálicas que se activan por impulso eléctrico, facilitando que un satélite se suelte del lanzador que lo ha puesto en órbita. Son sistemas críticos que deben funcionar sin fallos, pues de ellos depende toda la misión. Hace pocas semanas, como prueba de su fuerte crecimiento, la compañía española inauguró en Coslada, a las afueras de Madrid, un nuevo centro productivo de 2.700 metros cuadrados de superficie.     

¿Qué le llevó a fundar Occam Space?

Fundar una empresa o empezar un negocio fue siempre una curiosidad innata. Pero después de 15 años trabajando en la industria, no terminaba de estar cómodo en la forma de trabajar, en la burocracia de las empresas grandes, como Airbus. Estaba convencido de que se podía trabajar de otra forma que fuese más eficiente y mejor para el tipo de producto que nosotros hacíamos que eran mecanismos.

¿Hubo alguna experiencia clave que despertó su interés como emprendedor en la carrera espacial?

Antes era impensable que una empresa como somos nosotros pudiese entrar al mercado. Había unas barreras de entrada grandísimas. Nadie arriesga un satélite de 200 millones o un James Webb de 10.000 millones por ahorrarse unos miles de euros en un sistema de separación. Pero cuando se populariza y de repente hay muchos más clientes y un satélite grande se trocea en muchos pequeños, cada uno de los pequeños necesita un sistema de separación. Entonces ya se permite la tolerancia al fallo. Y la barrera de entrada al mercado, no digo que desapareciese, pero se hizo mucho más baja. 

¿Qué supuso su paso por Airbus para su actual apuesta por Occam Space? 

El equipo que está aquí ha trabajado tanto en Airbus como en alguna otra empresa como Arquimea o Iberespacio  y eso nos ha dado una amplitud de miras, conocimiento de cómo se hace, cómo es trabajar en una empresa grande que tiene todos los recursos, tiene una capacidad humana, una cantidad de medios brutal y cómo es trabajar en una empresa pequeña que tiene una capacidad de reacción asombrosa comparada con el grande; el grande es un monstruo, pero tiene una capacidad, tiene unos recursos inmensos. Mientras que los pequeños no tienen recursos, pero tienen una agilidad que ni se acerca al grande.

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Entrevista a Manuel Serrano en la fábrica de Occam. Firma: Isabel Herrero.

¿Cuál es el portfolio de Occam Space?

Nosotros teníamos claro que en estos días hay muchas empresas que quieren conquistar el mundo, que quieren hacer la Estrella de la Muerte, llegar a Marte o lograr la vida interplanetaria. Pero nosotros sabíamos hacer una cosa: mecanismos. Y esa un área de negocio muy pequeña, pero muy delicada, que a menudo suele echar atrás a mucha gente  porque es un área de conocimiento dentro de la ingeniería mecánica muy específica y un poco puñetera, por así decirlo, porque tiene muchos detallitos que hacen que vaya bien o no, que sea fiable o no. 

Un fallo en un mecanismo hace que no se despliegue y, por lo tanto, pierda la misión completa. O sea, no es que la antena funcione un poco mejor o peor o apunte mejor o peor es que si no se separa se quema en la atmósfera.

¿Cómo ve Occam Space dentro de la industria espacial en los próximos 5 o 10 años?

Es difícil decirlo porque ahora cumplimos 3 años, ni en nuestra mejor previsión hubiésemos estado como estamos. Ahora mismo estamos trabajando con cuatro lanzadores diferentes, en tres constelaciones con diversos productos y estamos acelerando muy rápido. Hemos pasado en tres años. El primer año estuvimos literalmente en una caseta en mi ático; al año siguiente nos dieron un hueco en la incubadora de la UC3M, y este año estamos aquí montando la fábrica de producción recurrente de grandes sistemas. Es complicado predecirlo pero me atrevería a decir que en 5 o 10 años nuestro objetivo es ser líderes mundiales del sistema de separación.

Hay muy pocas empresas que se atrevan a hacer este tipo de sistema de separación. En concreto, por ejemplo, en Europa hay dos que comercializan a todo el mundo. Está Airbus, que es donde nos criamos, por así decirlo, a nivel profesional, y está Beyond Gravity, en Suecia. Después hay alguna otra, como Boeing o  Lockheed Martin,  que se hacen sus propios sistemas de separación, pero no comercializan. ¿Por qué? Porque si un sistema de estos falla, directamente cierras. O sea, no te puedes permitir el fallo. O sea, un fallo supone la pérdida completa de la misión.

Me ha hablado de tres lanzadores, cuatro constelaciones... ¿Me puede entrar en detalles? 

Sí, estamos trabajando con distintos lanzadores, uno de ellos es público, bien conocido aquí en España: PLD Space, son amigos y unos profesionales  increíbles, están teniendo un desarrollo impresionante. Es el primer lanzador español, no es secreto ya para nadie. Hemos hecho sistemas de separación para cofias y separación de tapas para otros dos lanzadores, en este caso franceses,  pruebas para múltiples aplicaciones... Tenemos soluciones y sistemas de separación para distintas partes del lanzador. Hay muchos lanzadores en desarrollo, ISAR, RFA, Maya, Hyperspace, Orbex... Con todos tenemos relaciones. 

¿Han necesitado captar fondos de inversión para crecer? ¿Qué planes tienen? 

Pues tenemos la inmensa suerte de no haber tenido que recurrir a fondos de inversión o a inversores externos. Empezamos literalmente en la caseta del ático, desarrollamos un prototipo, que validamos y una vez que tuvimos el modelo funcionando nos dedicamos a pasearlo por ahí y enseñarlo. Ahí fue cuando nos confirmaron que el producto prometía y cumplía los rendimientos y teníamos mercado. Se dio la casualidad, se juntó la oportunidad con la suerte, por así decirlo. Nos contrataron unos utillajes, unos modelos simplificados de esa versión. Reinvertimos lo poquito que ganamos, seguimos vendiendo, seguimos vendiendo y desde entonces ha sido simplemente resultado comercial.

¿No se plantean entonces la opción de los inversores? 

Tenemos dos colaboraciones con universidades; por un lado, la Universidad Carlos III de Madrid, que fue de los primeros que creyeron en nuestro proyecto y nos alojaron en la incubadora. y hay una comunicación abierta para traer alumnos en prácticas. Y luego hay otra colaboración especial con la Universidad Politécnica de Madrid, la escuela de muchos de los ingenieros que hay aquí. Desarrollaron el UPM-SAT-2, y el UPM-SAT-3, en el cual OcamSpace tiene un hueco.

Occam Space ha accedido al Programa Tecnológico Espacial (PTE) de la Agencia Espacial Española (AEE), ¿cuán complicado ha sido?

El PTE ha sido nuestra primera convocatoria nacional con la Agencia, y el resultado ha sido muy bueno, pero no ha estado libre de traspies. Se dio la coyuntura de que algunos de los sistemas que estamos haciendo eran óptimos para constelaciones y vimos la necesidad de la conveniencia de acercarnos a Indra, Airbus, a grandes empresas que están planeando constelaciones o que están participando en ellas porque es un producto literalmente para ellos aunque está fuera de sus capacidades. Tras acercarnos a Airbus, nos confirmaron que necesitaban un producto industrializado para constelaciones. Y conseguimos formar un consorcio que no fue nada fácil, porque, si lo lideraba Airbus, pasábamos a la categoría de grandes empresas, por estar liderado por una gran empresa. Nosotros no podíamos liberarlo por ser microempresa. Necesitábamos un tercero y formamos un consorcio con Compoxi, especializada en soluciones de fibra de carbono y material compuesto, para completar distintos bloques que hacen falta para soluciones competitivas de sistemas de dispensadores para constelaciones, es decir, la estructura central sobre la cual se colocan todos los satélites como un ramillete de uvas.

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Inauguración oficial del nuevo centro productivo de Occam Space en Coslada. Firma. Occam Space.

¿Cómo ve el apoyo institucional, el apoyo de la AEE, de la Agencia Espacial Europea (ESA), de la Unión Europea?

Diría que es indispensable. El único pero que cabe destacar es que en general, y no todas, porque ha habido algunas que han ido rápido, las convocatorias son iniciativas lentas. Me imagino que por la Ley de Subvenciones. Desde que algo se define, se convoca, se definen las bases, se hace el concurso, la evaluación, hasta que te lo terminan asignando, para una startup son tiempos geológicos, o sea, puedes haber muerto tres veces en el camino.

El apoyo ha sido increíble, pero son tiempos lentos. Por otro lado, sí que se observa un cambio de tendencia, por ejemplo, hemos ganado algunas convocatorias con la ESA para el desarrollo de nuestros adaptadores y se han sido convocatorias express. Ahora Europa está intentando ponerse las pilas y reaccionar rápido para recuperar terreno a Estados Unidos y otros mercados que están a la carrera.

¿En qué mercados quieren ser líderes? ¿Qué mercados internacionales son prioritarios ahora mismo para ustedes?

Para nosotros la estrategia es clara, tiene que ser Estados Unidos. No recuerdo el número, pero me atrevería a decir que más del 70% del mercado comercial mundial está en Estados Unidos. Los clientes están mayoritariamente allí. Hay mercado europeo, asiático, pero mayoritariamente americano, sin duda.

¿Están pensando en diversificar el mercado e ir más allá de los mecanismos hacia otro tipo de productos?

Es algo goloso, porque es una tentación. De momento queremos mantener el foco, quedarnos en todo lo que hay alrededor de los mecanismos, ser una empresa enfocada claramente en nuestra zona de expertise sobre todo porque hay que industrializar y hacer que esto sea recurrente. 

¿Es Occam Space una empresa de New Space?

Diría que sí por la filosofía que implementamos, pero no es algo en donde queramos quedarnos. Nuestro objetivo siempre ha sido cumplir el nivel de exigencia de la industria tradicional sin llegar a enterrarnos en papeles. Queremos tener ese nivel de calidad pero obviamente el mercado es el New Space. El mercado comercial, el New Space, comparado con el institucional tradicional, es inmenso en cuanto a inversión.

¿Cree que lo que es el mercado tradicional, el Old Space, está visto para sentencia o va a haber una confluencia?

Creo que va a haber una transformación. Habiendo trabajado en el mercado tradicional y viendo el New Space, hay una tendencia a creer que todo se puede hacer, que todo es fácil e inmediato. Pero la experiencia y los años de trabajo es un grado. Ahí te das cuenta de que, si bien se puede hacer de forma más eficiente, no vale cualquier cosa. Si quieres que algo funcione con fiabilidad, necesitas experiencia. De hecho, las empresas de New Space que están triunfando o acelerando rápido, se nutren de los profesionales que se han criado en el Old space, no de los estudiantes de la universidad.

Hay que reconvertir el Old Space, no hace falta ese nivel de burocracia y de papeleo. Hay que reconvertir la industria tradicional y hacerla más eficiente.

¿Qué consejo daría a otras personas que quieren montar un negocio como el suyo en la industria espacial?

El consejo que yo doy a la gente es decir que el recurso principal de las empresas de espacio van a ser las personas y gente que sepa. 

¿Por qué eligieron el nombre de Occam?

Es un guiño a la simplicidad que estamos intentando implementar en nuestros sistemas, al principio de la navaja de Occam, que viene a decir que si algo se puede explicar por diferentes teorías, la más simple de todas es probablemente la correcta. Ese principio es de un clérigo, William de Ockham, de la Edad Media.



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