Una nave espacial de la era soviética que debía aterrizar en Venus en la década de 1970 regresará esta semana sin control a la Tierra. Es demasiado pronto para saber dónde podría caer la masa de media tonelada de metal o cuánto sobrevivirá al reingreso, según los expertos en rastreo de desechos espaciales.
El científico holandés Marco Langbroek predice que el artefacto reingresará alrededor del 10 de mayo, estrellándose a 242 kilómetros por hora, si permanece intacta. “Si bien no está exento de riesgos, no deberíamos preocuparnos demasiado”, dijo Marco Langbroek, de la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos) en un correo electrónico difundido por la agencia AP.
La predicción de la reentrada se complica con la actividad solar, de la que dependen todos los objetos en órbita: «Cuando el Sol está más activo, nuestra atmósfera se calienta y se expande, lo que provoca que los objetos en órbitas bajas experimenten mayor fricción atmosférica. Esto puede adelantar o retrasar el momento de reentrada», indicó en un comunicado la Sociedad de Astronomía del Caribe.
El objeto es relativamente pequeño y, aunque no se fragmente, «el riesgo es similar al de la caída de un meteorito, que suelen ocurrir cada año. Corres un mayor riesgo de ser alcanzado por un rayo a lo largo de tu vida», dijo Langbroek. La probabilidad de que la nave espacial impacte contra alguien o algo es pequeña, añadió. «Pero no se puede descartar por completo».
La Unión Soviética lanzó en marzo de 1972 la nave espacial conocida como Kosmos 482, una de la serie de misiones a Venus. Sin embargo, nunca logró salir de la órbita terrestre debido a un fallo en el cohete. La mayor parte de la sonda espacial se destruyó pasados 10 años. Pero Langbroek y otros científicos creen que la propia cápsula de aterrizaje —un objeto esférico de aproximadamente un metro de diámetro— ha estado orbitando alrededor del planeta en una órbita muy elíptica durante los últimos 53 años, perdiendo altitud gradualmente.
Es muy posible que la nave espacial de casi 500 kilos sobreviva al reingreso. Fue construida para resistir un descenso a través de la atmósfera de Venus, densa en dióxido de carbono, afirmó Langbroek. Los expertos dudan que el sistema de paracaídas funcione después de tantos años. El escudo térmico también podría verse comprometido tras tanto tiempo en órbita.
Sería mejor si el escudo térmico fallara, ya que la nave se quemaría durante su descenso por la atmósfera, según Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. Pero si el escudo térmico resiste, «regresará intacto y tendrás un objeto metálico de media tonelada cayendo del cielo».
La nave espacial podría reingresar en cualquier punto de la Tierra entre los 51,7 grados de latitud norte y los mismoS de latitud sur, es decir, la franja situada entre Londres al norte y el Cabo de Hornos en Sudamérica. Pero dado que la mayor parte del planeta es agua, "es muy probable que acabe en algún océano", afirmó Langbroek.