Ignasi Pardos "Soy la persona que va a pulsar el botón que iniciará la cuenta atrás de Vega"
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Ignasi Pardos "Soy la persona que va a pulsar el botón que iniciará la cuenta atrás de Vega"

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(infoespacial.com) Juan Pons, Kurú.- Ignasi Pardos es uno de los escasos españoles que trabaja pegado al nuevo lanzador europeo Vega. Natural de Barcelona capital, es ingeniero de sistemas y de software de la Agencia Espacial Europea (ESA). Será el responsable de iniciar la secuencia automática que gestionará los momentos previos al despegue en el primer vuelo del cohete.

Su puesto en los últimos meses se encuentra en la base espacial de Kurú, contando las horas que faltan para participar de forma directa en el vuelo inaugural del nuevo cohete. “Vengo con frecuencia a Kurú desde 2009 -comenta Ignasi-, pero vivo en la Guayana francesa desde junio de 2010. En un principio estaba sólo, pero a mediados de junio de 2011 me instalé en Kurú con mi esposa y mi hijo”. Permanecerá allí hasta poco después del lanzamiento.

Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña, cuando supo de la existencia en Barcelona de la empresa GTD que trabajaba para ESA, no paró hasta que le contrataron. Los primeros siete meses estuvo en la sede central de la compañía en la ciudad condal. Después, junto a otros dos ingenieros, fue enviado a Les Mureaux, en las inmediaciones de París, para abrir una línea de trabajo de software para EADS.

Ignasi, que durante el lanzamiento estará en un pupitre de la sala de control del Centro de Lanzamiento 3, que es desde donde se lanza la secuencia final de disparo, recuerda que de pequeño le gustaba jugar con cohetes y naves espaciales, por lo que se siente “un apasionado del sector espacial y, especialmente, del mundo de los lanzadores”.

¿Cuál es su puesto de trabajo en la ESA?

Mi lugar de trabajo en la Agencia está en Frascati, a unos 20 kilómetros al sur de Roma, donde se encuentra el ESRIN, el principal centro de la Agencia relacionado con la observación de la Tierra. Pero pertenezco al Departamento de sistemas de software del ESTEC, el Centro Europeo de Investigación y Tecnologías Espaciales, que está ubicado en Noordwijk, en Holanda.

Entonces ¿A qué se debe su presencia en el programa Vega?

Estoy cedido a la División de Lanzadores durante toda la fase de desarrollo del software embarcado y de tierra del lanzador Vega.

¿Qué es lo que le ha parecido más complicado en el programa Vega?

Todo ha sido bastante complicado, para que engañarnos. Pero precisamente por eso, un importante equipo de ingenieros y técnicos estamos desde hace año y medio trabajando en Kurú para que todo esté a punto en el día del vuelo inaugural.

¿Cuál es su responsabilidad concreta en el vuelo inaugural de Vega?

Soy la persona que va a pulsar el botón que iniciará la cuenta atrás de los cuatro últimos minutos. Mi responsabilidad es dar paso a la secuencia automática que gestiona los momentos previos al despegue. Hay que tener en cuenta que la cronología de lanzamiento es muy larga, dura seis horas. Son diversos bloques de operaciones que llevan al lanzador a un estado que nos permite activar el “final countdown”, que es lo que coloquialmente se conoce como la cuenta atrás.

¿Qué pasa en esos momentos previos al despegue?

Todo está monitorizado y bajo control. El jefe de operaciones de la plataforma de lanzamiento es quien me da el OK para el inició de la cuenta atrás. Frente a ambos hay una pantalla en la que, mediante luces amarillas, rojas o verdes, comprobamos si todos los sistemas del cohete funcionan como es debido. Si todos los parámetros están en verde, lanzaremos.

De todo el vuelo inaugural ¿Qué momento le preocupa más?

La separación de la primera etapa. No tengo duda ninguna sobre el buen funcionamiento de los motores, pero me preocupan las separaciones, ya que no se han podido probar al cien por cien. Es muy difícil simular la separación, especialmente de la primera etapa, y por eso hemos incluido un sistema de retrocohetes. Pero siempre hay un punto de incertidumbre que es imposible de despejar hasta el primer vuelo de calificación, que es el vuelo inaugural.

¿Cuál es la función de esos retrocohetes?

La primera etapa cuenta con cuatro retrocohetes para ayudar a que se produzca la separación. El motor P80 que propulsa la primera etapa tiene una gran fuerza de empuje y, cuando la etapa se separa, tiene una cierta tendencia a “pegarse” sobre la segunda etapa, por lo que puede llegar a golpear contra la tobera del segundo motor. Es algo que ocurrió hace un par de años con el nuevo lanzador Falcon de la firma norteamericana SpaceX. Para evitar este problema, la labor de estos retrocohetes consiste en empujar hacia abajo, para que no se produzca ese posible choque.

Esos retrocohetes ¿son una novedad de Vega sobre los Ariane 5?

Ariane no tiene retrocohetes. No los necesita. Así es que la inclusión de los mismos introduce novedades y exige sincronizar muchas cosas. Por ejemplo, la destrucción de la primera etapa, una vez que se ha desprendido de Vega.

¿Hay algún otro aspecto que haya requerido una atención preferente?

Al tratarse de un lanzador muy cilíndrico, tiene tendencia a girar sobre su propio eje. Hemos llevado a cabo muchas simulaciones, pero hasta que no se produzca el primer vuelo no sabremos lo que pasa en realidad.

Durante las muchas simulaciones del vuelo inaugural ¿Ha surgido algún problema que no estaba previsto?

Es curioso lo que nos ha pasado. Al realizar las pruebas con los simuladores, nos hemos encontrado con muchos problemas. Sin embargo, cuando hemos hecho los mismos ensayos con el lanzador autentico, ha sido mucho más sencillo, y todo respondía tal y como lo teníamos planeado. Nuestra conclusión es que algún parámetro no debía estar correctamente bien ajustado, y lo hemos tenido que reconfigurar.

¿En qué otros programas espaciales europeos ha tomado parte?

Nada más ingresar en la Agencia trabaje en el software del Ariane 5. A partir de 2001 participé en el programa de mejoras de su software embarcado, en lo que supuso pasar del Ariane 5 ES a la versión Ariane 5 Plus. Más tarde estuve ligado al software del ATV (Automatic Transfer Vehicle), en donde participé en el desarrollo del módulo que gestiona el docking ?el sistema de atraque? entre el ATV y la Estación Espacial Internacional.

¿Cómo valora su trabajo con ingenieros de otras nacionalidades?

Formar equipo con personas cualificadas de otros países y culturas es muy complicado. Yo trabajo estrechamente con alemanes, italianos y franceses y puedo decir que es muy enriquecedor.

¿Su futuro inmediato sigue estando en Vega, independientemente del resultado del primer vuelo?

A mí sí que me gustaría. Si todo va bien en este primer vuelo, encantado de continuar en Vega. Si pasa algo anómalo, desearía continuar para investigar lo que ha pasado.

Foto: Juan Pons



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