El satélite Serpens se desintegra tras seis meses en órbita
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El satélite Serpens se desintegra tras seis meses en órbita

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El satélite Serpens de la Universidad de Vigo se desintegró en la atmósfera el pasado 27 de marzo en el Atlántico Sur, frente a las costas de Brasil, tras seis meses de operaciones en la órbita terrestre.

Este equipo, que forma parte de un proyecto de investigación de la Agencia Espacial de Brasil (AEB), despegó el pasado 19 de agosto desde el puerto espacial de Tanegashima en Japón con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS).

El lanzamiento se produjo el 17 de septiembre desde el módulo japonés Kibo de la plataforma orbital mediante un brazo robótico. Hasta el día de su reentrada, el Serpens estuvo 221 días en el espacio -21 a bordo de la ISS y 192 de operaciones en órbita-, dando un total de 3.000 vueltas a la Tierra.

De esta forma, finaliza un experimento puesto en marcha hace dos años, cuando la Agrupación Aeroespacial de la Universidad de Vigo, dirigida por el investigador Fernando Aguado, asumió su primer proyecto internacional. En el Serpens han participado la Universidad de Brasilia, además de otras instituciones académicas brasileñas; la Morehead State, la California State Polytechnic y la Sapienza de Roma.

El proyecto consta de un satélite, cuatro estaciones terrestres y una veintena de sensores localizados en puntos tan distantes como Vigo, Ourense, Calpoly (EEUU), Valdivia (Chile), la Antártida y Brasil, para enviar datos ambientales, que, usando bandas de frecuencia de radio, se comunican con el satélite.

Objetivos cumplidos

Aguado apuntó que los sistemas desarrollados por la Universidad de Vigo funcionaron “a la perfección desde el primer hasta el último día, por lo que valoramos muy positivamente el resultado de nuestro trabajo”. En este sentido, dijo que “hemos sido capaces de cumplir todos nuestros objetivos científicos y la tecnología desarrollada en la Universidad de Vigo ha demostrado su fiabilidad y potencial”.

Para el investigador el mayor logro ha sido cumplir con éxito el primer contrato para una agencia espacial. “Se han cumplido el 100% de las expectativas y la agencia brasileña quedó enormemente satisfecha”, destacó.

Uno de los hitos de la misión se alcanzó el 22 de febrero cuando los integrantes de la Agrupación Aeroespacial establecieron una conexión con la base antártica Gabriel de Castilla, desde donde recibieron datos diarios de una estación meteorológica a través del Serpens.

Misión a un asteroide

El siguiente reto es estudiar los efectos del impacto de un satélite contra un asteroide. Durante los últimos meses, la Agrupación Aeroespacial ha estado trabajando en el proyecto Aida, una misión conjunta de la NASA y la ESA para desviar un asteroide mediante el impacto de una nave construida por Estados Unidos.

"Estamos trabajando en un nanosatélite que será llevado hasta las inmediaciones del asteroide por un satélite de la ESA y ayudará a estudiar los efectos del impacto", explica Aguado, en una misión "con prestigio internacional que llevará un nanosatélite donde nunca antes se ha llevado”.

Foto: JAXA/NASA



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