El satélite TGO de Exomars realiza las primeras observaciones científicas de Marte
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El satélite TGO de Exomars realiza las primeras observaciones científicas de Marte

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El Satélite para el estudio de los Gases Traza (TGO, por sus siglas en inglés) de la misión Exomars de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), ha iniciado esta semana sus primeras observaciones científicas de Marte. El TGO realizará dos órbitas alrededor del planeta en las que los equipos científicos tendrán la oportunidad de calibrar sus instrumentos y realizar las primeras observaciones de prueba.

El orbitador de la misión ExoMars, fruto de la colaboración entre la ESA y Roscosmos, llegó al Planeta Rojo el 19 de octubre y entró en órbita según lo previsto, describiendo una amplia elipse que lo llevará desde una altitud entre 230 y 310 kilómetros por encima de la superficie marciana hasta una distancia de 98.000 kilómetros cada 4,2 días.

La misión científica principal comenzará una vez alcance la órbita casi circular, a unos 400 kilómetros sobre el planeta, tras un año de aerofrenado en el que hará uso de la atmósfera para decelerar y cambiar su órbita gradualmente. Está previsto que las operaciones científicas completas comiencen en marzo de 2018.

Los tres instrumentos del orbitador se encuentran realizando una serie de observaciones desde el pasado día 20 de noviembre que continuarán hasta el día 28 de este mes.

Mediciones complementarias y estudio de los gases

Durante la misión científica principal, dos conjuntos de instrumentos realizan mediciones complementarias para inventariar de forma detallada la atmósfera y, en particular, los gases presentes en cantidades mínimas.

Dentro de los gastes que se someten a estudio, resulta de especial interés el metano, que en la Tierra se produce sobre todo por actividad biológica o procesos geológicos, como ciertas reacciones hidrotermales. 

Las mediciones se llevan a cabo en distintos modos: apuntando hacia el Sol a través de la atmósfera, en el horizonte con luz solar dispersa por la atmósfera, y observando la luz solar reflejada por la superficie. Al estudiar la influencia en la luz solar, los científicos pueden analizar los componentes atmosféricos.

En las próximas órbitas, solo se podrá apuntar hacia el horizonte o directamente a la superficie. De esta forma, los equipos científicos podrán comprobar la orientación de sus instrumentos para prepararlos de cara a futuras mediciones.

También existe la posibilidad de que en estos estudios puedan detectar cierta luminiscencia nocturna natural: una emisión de luz en la alta atmósfera producida cuando los átomos se separan por la acción del viento solar y se reestructuran para formar moléculas, liberando energía en forma de luz.

Además, durante la segunda órbita, los científicos tienen previsto observar Phobos, la mayor de las dos lunas de Marte y la más cercana al planeta.

Por último, la cámara tomará sus primeras imágenes de prueba del planeta. En cada una de las dos órbitas, primero apuntará a las estrellas para autocalibrarse y medir la reflectividad superficial.

Detector de neutrones

Por su parte, el detector de neutrones ha permanecido activado durante gran parte del viaje del TGO al planeta y, en estos momentos, se encuentra recopilando datos para seguir calibrando el flujo de fondo y comprobando que nada ha cambiado desde que el módulo Schiaparelli se separó.

El detector medirá el flujo de neutrones desde superficie marciana creado por el impacto de los rayos cósmicos. La forma en que se emiten y su velocidad de llegada al TGO ofrecerán información a los científicos sobre la composición de la capa superficial.

En particular, dado que una cantidad ínfima de hidrógeno puede llegar a modificar la velocidad de los neutrones, el sensor podrá localizar los puntos en que podría existir agua o hielo hasta 1-2 m por debajo de la superficie.

Fotografías: ESA



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