La Estación Espacial Internacional cumple 15 años con presencia humana

El pasado lunes se cumplieron 15 años de presencia humana en la Estación Espacial Internacional. Desde el 2 de noviembre de 2000, siempre ha habitado el complejo orbital al menos una persona.

La expedición que marca el inicio de estos quince años despegó el 31 de octubre de 2000 desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, a bordo de una nave Soyuz. En su interior, viajaban el comandante William M. Shepherd de la NASA y los astronautas Sergei Krikalev y Yuri Gidzenko de Roscomos. Los tres tripulantes alcanzaron el laboratorio espacial dos días después.

En estos 15 años, un total de 45 expediciones han llegado a la Estación Espacial, que ocupa una superficie comparable con un campo de fútbol. El complejo además pesa 421 toneladas y tiene la misma presión que un Boeing 747, ofreciendo más espacio que una casa convencional de seis habitaciones.

En el ámbito científico, hasta la fecha los astronautas han realizado más de 1760 investigaciones con la posterior publicación de más de 1.200 resultados en revistas especializadas. Además, sus actividades educativas han llegado a más 42 millones de estudiantes de todo el mundo.

Los habitantes del complejo han incrementado el número de experimentos realizados con el paso de los años. A este respecto, durante la primera expedición tuvieron lugar 22 investigaciones científicas, mientras que en las expediciones 44 y 45 se realizaron un total de 191.  

La Estación Espacial es un esfuerzo de colaboración mundial con la visita de 220 astronautas de 17 países desde el año 2000. El programa involucra a más de 100.000 personas de agencias espaciales que trabajan en 500 instalaciones ubicadas en 37 estados de EEUU y 16 países.

Los experimentos y ensayos en este laboratorio espacial han cambiado la vida de muchas personas en la Tierra. Como ejemplo, el primer estudio de investigación, centrado en el crecimiento de cristales de proteínas, ayuda hoy en día a tratar enfermedades como la distrofia muscular de Duchenne.

Foto: NASA