La red de estaciones de satélites de la ESA nació en España hace 40 años
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La red de estaciones de satélites de la ESA nació en España hace 40 años

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(Infoespacial.com) Madrid- El 19 de mayo de 1975 la estación de satélites en Villafranca del Castillo (Madrid) se convirtió en el núcleo de la red de estaciones de seguimiento de satélites Estrack de la Agencia Espacial Europea (ESA). En estos 40 años, las antenas de VilSpa han realizado un papel clave en las grandes misiones de la ESA, entre las que destacan Marecs, Exosat, ISO, Integral o Cluster y, más recientemente, XMM y ATV.

Desde entonces, la red no ha dejado de crecer y, hoy, cubre todo el planeta con una tecnología de vanguardia que conecta a los controladores de las misiones con los satélites que orbitan la Tierra o que se adentran en el Sistema Solar.

El sistema ha crecido con estaciones similares en Suecia, España, Guayana Francesa, Bélgica y Australia, todas ellas optimizadas para seguir satélites orbitando a la Tierra.

Asimismo, Estrack ha evolucionado de acuerdo con las crecientes necesidades de las misiones científicas de observación de la Tierra y de exploración de la ESA. En la actualidad, la red cuenta con diez estaciones en siete países gestionadas en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Darmstadt, Alemania.

La estación de seguimiento de satélites de Villafranca, con el tiempo, se convirtió en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de la ESA, en el que se encuentran los equipos científicos y los archivos de las misiones de astronomía, ciencias solares y planetarias del organismo europeo.

La misión esencial de las estaciones de Estrack es mantener la comunicación con las naves, transmitiendo comandos y recibiendo datos científicos e información de estado de los satélites. Las estaciones también recopilan información ‘radiométrica’, que ayuda a los controladores a conocer la situación, trayectoria y velocidad de sus naves.

Estos centros además realizan un seguimiento en todas las etapas de una misión: LEOP, siglas en inglés de Lanzamiento y Órbita Baja, una fase crítica; las operaciones de rutina y, por último, durante la jubilación y la retirada segura de los satélites. Estrack sigue también a los lanzadores que despegan desde Kourou, en la Guayana Francesa.

En un año normal, las estaciones proporcionan más de 45.000 horas de seguimiento a más de 20 misiones, con una envidiable tasa de disponibilidad de servicio superior al 99%.

Estaciones de espacio profundo

En el año 2000, se construyó en Nueva Norcia (Australia) la primera de las tres antenas de espacio profundo de 35 metros de diámetro, que también forman parte del Estrack. Las otras dos son las estaciones de Cebreros (España) y Malargüe (Argentina).

Todas ellas cuentan con la tecnología más avanzada y hacen posible la comunicación con las naves de exploración planetaria, observación del Sol y con las situadas en los puntos de Lagrange, áreas entre el Sol y la Tierra que ofrecen importantes ventajas para la observación científica.

En enero de 2014, Estrack recibió las primeras señales de Rosetta, tras despertar de su larga hibernación a unos 800 millones de kilómetros de la Tierra.

Estrack contacta de forma  rutinaria con misiones no solo de la ESA, sino también de socios como Japón, cuya misión Hayabusa-2 aterrizará encima de un asteroide en 2018. Las capacidades de la red permiten a las estaciones de Estrack dar soporte a misiones de otras agencias espaciales de la EEUU, Francia, Alemania, Japón, Rusia y China.

En el futuro las tres estaciones de espacio profundo serán reformadas para permitir el uso de frecuencias de radio mucho más altas, un requisito para misiones como BepiColombo y Juice.

Foto: ESA



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