Los retos tecnológicos y las novedades de la Agencia Espacial Europea para 2015
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Los retos tecnológicos y las novedades de la Agencia Espacial Europea para 2015

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(infoespacial.com) Madrid F. Herranz.- 2015 comienza lleno de retos y novedades para la Agencia Espacial Europea (ESA), con interesantes misiones tecnológico-científicas como la LISA Pathfinder o la puesta en órbita de nuevos satélites de la constelación Copernicus de observación de la Tierra.

La primera prueba de fuego de la ESA se producirá el próximo 11 de febrero con el primer ensayo suborbital del IXV o Vehículo Intermedio Experimental, piedra angular de futuras misiones de transporte espacial.

El avión espacial IXV, construido por Thales Alenia Space en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI), alcanzará una altitud de unos 420 kilómetros antes de comenzar su descenso. Gracias a su forma aerodinámica, propulsores y dos alerones traseros, regresará a la atmósfera de forma controlada, como si hubiera estado en una órbita baja.

El lanzamiento también servirá para demostrar las capacidades del sistema de lanzamiento  ligero Vega, que portará 2.000 kilos de carga útil. Italia es el país líder del desarrollo de este cohete.

Los resultados del ensayo se harán públicos seis semanas después del lanzamiento en el cuartel general de la ESA en París.

Un poco antes, el 27 de febrero, el módulo ATV-5 Georges Lamaître se desacoplará de la ISS e iniciará su ruta suicida hacia nuestro planeta, poniendo así punto final a un programa exitoso iniciado la ESA en 2008.

Los ATV o Vehículos Automáticos de Transferencia se convirtieron en los cargueros europeos del laboratorio orbital, pues cada año transportaron más de siete toneladas de alimentos, agua, oxígeno, equipamiento, experimentos científicos y combustible a la tripulación internacional que gira alrededor de la Tierra. La versatilidad de los ATV les convirtió también en los propulsores de la ISS cuando el complejo debía modificar su órbita y maniobrar para evitar la colisión con residuos espaciales.

En primavera asistiremos previsiblemente al lanzamiento del Sentinel-2A, el segundo satélite de la constelación Copernicus, un proyecto de observación de las Tierra apadrinado por la ESA y la Comisión Europea. La plataforma óptica multiespectral se enfocará en la verificación de los cambios que se produce en la vegetación y en las zonas costeras; también prestará servicios en caso de desastres naturales como inundaciones o terremotos.  En otoño le tocará el turno al Sentinel-3A, centrado en el estudio de los océanos.

La meteorología estará presente en los planes de la ESA con el despegue del MSG-4 (Meteosat Second Generation), previsto para el 15 de junio. El satélite será explotado por Eumetsat, la organización meteorológica europea.

La navegación por satélite también tendrá sus propios eventos. Seis satélites del sistema Galileo están ya listos para ser puestos en órbita por Arianespace desde la Guayana Francesa. Se está evaluando la secuencia de lanzamiento a la espera de la decisión de la Comisión Europea, propietaria de las plataformas.

En cuanto al calendario que afecta a los astronautas, para el 12 de mayo está previsto el regreso de la italiana Samantha Cristoforetti, cuando cumpla seis mese su misión Futura a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). Con fecha del 1 de septiembre se ha planificado el vuelo a la Estación del astronauta danés Andreas Mogensen. Allí permanecerá 10 días. El 10 de noviembre le tocará el turno al británico Tim Peake, que formará parte de las expedición 46/47 con su misión Principia. Peake permanecerá en la ISS hasta mayo de 2016.

A propósito de las misiones estrictamente científicas, el momento más interesante del año lo pondrá, sin duda, la misión de la nave espacial Rosetta, la sonda de la ESA que acompaña al cometa 67P/Churuymov-Gerasimenko.

En agosto de este año el cuerpo celeste con forma de pato alcanzará su perihelio, es decir, el punto más cercano de su órbita alrededor del Sol, lo que le permitirá a Rosetta observar cómo se calienta el cometa y recoger datos científicos sin precedentes sobre los cambios experimentados en su núcleo. Tampoco es descartable que la proximidad al Sol active las baterías del robot durmiente Philae, posado en la superficie de ‘Churi’ desde noviembre de 2014.

El segundo acontecimiento es el despegue de la misión LISA (Laser Interferometer Satellite Antenna) Pathfinder (en la imagen), cuyo objetivo principal será probar por primera vez en el espacio un avanzado equipo de medición de ondas gravitacionales de muy baja frecuencia.

Para ello pondrá dos masas en un ambiente casi perfecto de caída libre gravitacional y medirá sus movimientos con una exactitud sin precedentes mediante sensores inerciales, un sistema laser de metrología y un sistema de micropropulsión ultrapreciso.

Los hallazgos de la LISA Pathfinder ampliarán nuestra visión del universo, basada hasta ahora en la observación de las ondas electromagnéticas como la luz visible, la infrarroja, la ultravioleta, las ondas de radio, los rayos X y los rayos gamma. La detección de las ondas gravitacionales -fluctaciones del espacio-tiempo- permitirá a los astrofísicos abordar algunas de las preguntas más fundamentales sobre el universo y, posiblemente, plantearse otras nuevas, como la naturaleza de las espirales y las fusiones de agujeros negros binarios, las más poderosas transformaciones de energía que existe en el universo.

Foto: ESA



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