Con un par de semanas de retraso, tanto por condiciones climáticas como por problemas técnicos, SpaceX utilizó un cohete Falcon Heavy para lanzar la séptima misión del misterioso avión X-37B de la Fuerza Espacial de Estados (USSF) y desarrollado por Boeing. A pedido del propio organismo, la empresa de Elon Musk cortó la transmisión en vivo apenas unos instantes antes de que se desplegara hacia su órbita final, aún desconocida.
Según lo poco que se ha detallado, el principal objetivo de la misión, también llamada OTV-7 (Vehículo de prueba orbital 7) y USSF-52, es "probar futuros experimentos de tecnología de concienciación del dominio espacial que son fundamentales para garantizar operaciones seguras, estables y protegidas en el espacio para todos los usuarios".
Vale la pena mencionar que en las seis tareas anteriores, el vehículo ha estado 3.774 días en órbita, acumulando más de 1.300 millones de millas (el equivalente a 2.092.147.200 kilómetros). La última, de hecho, rompió un récord al permanecer durante 908 días antes de regresar a la Tierra en noviembre de 2022.
Operatividad
A los ocho minutos y medio después del despegue, los dos propulsores externos del Falcon Heavy regresaron para aterrizajes seguros en la estación de la USSF en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos. El propulsor central, en tanto, voló por primera y única vez: se hundió intencionalmente en el océano Atlántico, habiendo gastado suficiente combustible para su recuperación y su reutilización. Por otro lado, el X-37B, de aspecto similar al transbordador espacial de la NASA, tiene 29 pies (8,8 metros) de largo y una envergadura de 15 pies (4,6 metros).
El director de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, William D. Bailey, comentó que "el gobierno del X-37B y los equipos de Boeing han trabajado juntos para producir una plataforma de experimentación más receptiva, flexible y adaptable. El trabajo que han realizado para optimizar los procesos y adaptar las tecnologías en evolución ayudará a nuestra nación a aprender muchísimo sobre cómo operar en un entorno espacial y regresar de él".
Por otro lado, la vicepresidenta de Sistemas de Misión Espacial de Boeing Defence, Space & Security, Michelle Parker, aseguró que "los avances tecnológicos que estamos impulsando en el X-37B beneficiarán a la comunidad espacial en general, especialmente a medida que vemos un mayor interés en la sostenibilidad espacial. Estamos impulsando la innovación y la capacidad que influirán en la próxima generación de naves espaciales".