X. González-Puell Airbus "Tenemos las vidas de cuatro astronautas en nuestras manos" 1

La misión Artemis I de la NASA será el primer paso para que el ser humano vuelva a pisar la Luna y llegue más allá. El programa Artemis arranca con las pruebas y ensayos de la nave Orion, en la cual la ESA y empresas como Airbus tienen un importante papel.

Artemis I es una misión no tripulada que será la antesala y el campo de pruebas de futuras misiones tripuladas. Para su buen funcionamiento se requiere absoluta precisión en la construcción de todos los componentes de la nave Orion. Uno de los fundamentales es el Módulo de Servicio Europeo (ESM).

El ESM, construido por Airbus en Bremen en virtud de un contrato con la ESA, es el principal sistema de propulsión de la nave Orión, responsable también de las maniobras orbitales y del control de la posición. El ESM proporciona a la tripulación de la nave espacial elementos centrales de soporte vital, como agua y oxígeno, y regula el control térmico.

El Program supply manager del ESM de Orion de Airbus en Bremen, Xavier González-Puell, contesta a las preguntas de Infoespacial.com acerca de esta misión y de todo lo que la rodea. González-Puell define su trabajo como un enlace entre el departamento de compras y el programa, es decir, muchas piezas que comprar y decenas de proveedores multiculturales que gestionar. Esto le coloca en una posición envidiable dentro del programa, desde donde puede obtener una gran perspectiva de la misión y sus implicaciones.

¿Qué hito va a marcar Artemis I?

Es el comienzo del retorno del hombre sobre la superficie lunar. Por dejarlo así de claro, Artemis I no es más que la primera prueba en la cual se apoyarán las siguientes misiones que tienen como objetivo cimentar los viajes espaciales más allá de la órbita lunar. Cada misión nos marcará hitos distintos y cada hito nos permitirá ir confortando las capacidades de la nave, del módulo. Para Artemis I concretamente… es una misión no tripulada con dos objetivos: poner a prueba el SLS y el módulo Orion, ese sería el primer gran hito que se conseguiría con el Artemis I.

¿Cómo es trabajar para un proyecto tan enorme y, además, en una parte tan fundamental?

Bueno, la verdad es que hay un poco de sentimientos encontrados. Por una parte es increíblemente motivador, pero por otra parte es un desafío constante. A nivel personal la motivación la encuentro al saber que continuamente estamos haciendo historia y que yo he aportado mi granito de arena. Además, día a día, el saber que estoy discutiendo, negociando o intercambiado puntos de vista con los mejores profesionales en su campo es extremadamente estimulante. Ya sea con mis compañeros de empresa como también con nuestros proveedores o las distintas agencias espaciales.

¿Cómo es el ambiente de trabajo?

El ambiente es claramente internacional, en Airbus hay una gran mezcla de culturas y, para mí, es un entorno en el cual me siento extremadamente cómodo. Un poco por mi currículum, yo soy belga, he tenido la suerte de estar en el colegio europeo y ahí ya tuve la experiencia multicultural, estaba rodeado de otras secciones europeas. Poder encontrar eso en Airbus es una gran satisfacción y me siento cómodo en ese ambiente.

¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta diariamente?

Tenemos que hacer frente a grandes desafíos, ya sea a nivel técnico como en tema de cualificación a nivel de los equipos; pero también de sistema y subsistema. También la gestión de la cadena de suministro es bastante compleja. Estamos hablando de una veintena de proveedores de primera línea que a su vez tienen sus propios proveedores. Son proveedores que provienen de Europa, sí, pero también de Estados Unidos y todo eso implica una gran coordinación entre el departamento de compras con el resto de departamentos del programa. Desde el departamento de ingeniería, pasando por el de calidad hasta el de producción.

¿Cómo es trabajar en una misión que, en última instancia, tendrá tripulación?

Yo solo he conocido proyectos en los que vidas humanas estaban en juego. Antes trabajaba en Airbus en tema de aviones, en los que también había vidas humanas en riesgo. Cada pequeña cosa que hacemos tiene que hacerse de manera perfecta y con mucho cuidado porque tenemos las vidas de cuatro astronautas en nuestras manos. No podemos tomar atajos. No podemos aceptar que un valor esté simplemente fuera de rango cuando probamos algo. Tenemos que hacer todo lo posible para asegurarnos que la misión salga a la perfección.

Es decir, tiene que ser un trabajo milimétrico.

El nivel de precisión es extremo, se me ocurre por ejemplo la reparación del tubo más pequeño de la nave espacial; puede resultar tentador que alguien piense: esto ya es lo suficientemente bueno, no hay que preocuparse por algo tan pequeño…, especialmente cuando tardan tanto en resolverlo. Digamos que el nivel de ansiedad va aumentando a medida que la toma de decisiones, los análisis y demás van tomando más tiempo. En este caso solo lo tomaríamos como suficientemente bueno si cumple exactamente con los estrictos requisitos de la nave espacial. Esta nave tiene que ser perfecta. La seguridad de cuatro astronautas y en última instancia la fe del público en el objetivo de la ESA y la NASA. Volver a pisar la luna depende de la calidad de lo que estamos construyendo aquí en Bremen. Es un pensamiento bastante aleccionador cuando las cosas se ponen difíciles en el proyecto.

¿Cómo es llevar esa responsabilidad?

Estamos muy concienciado y muchas veces en las reuniones con la ESA y la NASA vienen los astronautas también. Acuden a ver el avance de nuestro módulo, quieren verlo físicamente, quieren oír las reuniones que tenemos… Cuando ves a esa gente, en el aula, piensas… este igual es el elegido para viajar dentro de la nave. Yo he tenido la oportunidad de comer con ellos, hablar con ellos, interaccionar con ellos… y resulta increíble ver como esa gente… digamos que entre ellos hay una competición… sana, pero todos quieren formar parte de la misión, todos quieren estar dentro de la nave. Entonces esa responsabilidad está ahí, somos muy conscientes y en el día a día se trabaja en ese sentido.

Se percibirá entonces la pasión del equipo y de estos astronautas.

Sí, mucho, muchísimo, la verdad. Yo sinceramente no podría estar ahí, en esa cápsula, no valgo para eso, pero admiro el currículum de esa gente, están altamente cualificados; y, además, físicamente y mentalmente… es increíble lo preparados que están.

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