Cuatro satélites científicos norteamericanos perdidos al no separarse la cofia de un cohete Taurus-XL
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Cuatro satélites científicos norteamericanos perdidos al no separarse la cofia de un cohete Taurus-XL

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(infoespacial.com) Washington- El  satélite científico Glory de la NASA, destinado al estudio del cambio climático, cayó el pasado viernes al océano Pacífico poco después de su lanzamiento. El accidente se produjo al no separarse completamente la cofia que lo cubría, precipitándose el conjunto por el peso y la falta de velocidad. También se perdieron tres cubosatélites de universidades estadounidenses que viajaban en el cohete Taurus-XL.

El lanzamiento había sido retrasado el 23 de febrero tras registrarse unas lecturas inesperadas en las conexiones con el control terrestre 15 segundos antes del despegue. Para la empresa Orbital Sciences Corporation (Virginia), fabricante tanto del satélite como del cohete propulsor, es el segundo fracaso en dos años de un lanzamiento.

En febrero de 2009, el satélite OCO (Observatorio Orbital del Carbono), también climático, que debía permitir medir las emisiones de dióxido de carbono cayó igualmente en el océano, cerca de la Antártida, durante su ascensión. También en aquella oportunidad el fuselaje protector no se desprendió del satélite, provocando su caída.

El ascenso del Taurus-XL se iniciaba correctamente a las 10:09 UTC desde la base de Vandenberg, en California, el pasado viernes. La tercera etapa, con la carga útil se separó bien del cohete tres minutos después, pero el control de vuelo se percató de que avanzaba a menor velocidad de la prevista y empezaba a caer.

Los responsables de misión estimaron que el carenado de protección en forma de cono que recubría los satélites no se separó completamente. Su peso, sumado a los 538 kg del Glory, precipitaba el conjunto. Los tres cubosatélites, de un kilogramos cada uno, previsiblemente se destruyeron al reentrar en la atmósfera, mientras que se calcula que Glory debió caer muy próximo a donde ya lo hiciera OCO.

Comisión investigadora

En conferencia de prensa algunas horas después del accidente, los responsables de la NASA y del fabricante no tenían aún ninguna explicación. "No registramos ninguna anomalía" antes del lanzamiento, indicó el director de los lanzamientos de la NASA, Omar Baez. La Agencia anunció que constituirá una comisión investigadora para esclarecer las causas del siniestro. El anterior accidente también motivo la creación de una comisión que finalizo sus trabajos en octubre de 2010.

"Aún no hay suficientes datos disponibles que nos permitan añadir algo a la evidencia de que el carenado no se desplegó", declaró el director general adjunto de Orbital, Rick Straka. El vicepresidente de la compañía, Ron Grabe, explicó que desde el fracaso de 2009 y tras las recomendaciones de la comisión de investigación, el sistema de encendido había sido reemplazado y que tres lanzamientos de cohetes Taurus –XL habían tenido éxito entre los dos accidentes.  "Por tanto, realmente teníamos confianza en este vuelo, pensábamos que habíamos resuelto el problema", se lamentó el ingeniero.

El fallo producido cuestiona ahora algunos otros lanzamientos previstos para el Taurus-XL, entre ellos el del satélite OCO 2 que debería ser puesto en órbita dentro de dos años. Tras el accidente habrá que "evaluar y ajustar adecuadamente" los planes para esta plataforma, según explicó Mike Luther, uno de los responsables de nuevos programas de la NASA.

Nanosatélites

Glory tenía por misión estudiar el comportamiento de los aerosoles y la influencia de la radiación solar sobre el clima terrestre. Estaba equipado con dos nuevos instrumentos principales. El primero era el Aerosol Polarimetry Sensor (APS), para estudiar los aerosoles que pueden influir el clima absorbiendo o reflejando los rayos solares y también modificando las nubes y las precipitaciones. El segundo era un Irradiance Monitor (TIM), que mide la energía solar absorbida por la Tierra.

Además de Glory, que iba a ser depositado en una órbita heliosíncrona polar, a unos 700 km de altitud, el cohete Taurus-XL debía transportar los primeros nanosatélites del programa de educación de la Nasa, llamados CubeSats, ideados por estudiantes universitarios. Se trataba del Explorer-1 Prime de la Montana State University; el KySat-1, propiedad de Kentucky Space; y de Hermes de la University of Colorado at Boulder.



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