Año de avatares
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Año de avatares

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(infoespacial.com) Como corresponde a primeros de año, han sido días en los que han menudeado las informaciones con calendarios sobre las actividades espaciales previstas para 2012.

Por lo que respecta a España,  el viaje inaugural del nuevo cohete ligero Vega de la ESA, anunciado para el 9 de febrero, será una de las noticias del año, porque transportará, entre otros, el picosatélite Xatcobeo de la Universidad de Vigo/INTA.

En febrero, también, puede conocerse la decisión de Hisdesat sobre cuál de los dos -sí, sólo dos, no tres- ofertantes (consorcio o empresa) que concurren será contratado como integrador final del satélite Hisnorsat.

Algunos apuntaban a una decisión en enero pero los responsables se están tomando su tiempo para hacer las cosas. Esta pasada semana han vuelto a reunirse los equipos evaluadores de la empresa española y el Ministerio de Defensa de Noruega.

Sin salir del operador de satélites gubernamentales, algún medio ha situado a finales de año el lanzamiento del satélite de observación Paz. Información ya desfasada: aunque así se anunció en el verano de 2011, el lanzamiento no se producirá hasta una fecha no especificada del primer trimestre de 2013. Las posibilidades de lanzamientos del cohete rusoucraniano Dinieper han retrasado el evento y determinarán la fecha final.

Algo parecido sucede con Hispasat. También algunas previsiones para 2012 han incluido en noviembre  el lanzamiento del Hispasat AG1 (Advanced Generation) o 2A. Pero lo cierto es que esta no se producirá hasta 2013, porque Arianespace sigue deshojando su margarita sobre si empleará un cohete Ariane 5 ó bien un Soyuz ST para poner el satélite en órbita.

Sin embargo, lo que nadie ha incluido en sus previsiones es que Hispasat si tiene previsto, en principio, lanzar muy a finales de año Amazonas-3 desde Kurú.

Curiosa, por cierto, la noticia publicada en un periódico económico madrileño que vincula la venta del 16 por 100 deEutelsat por la española Abertis con una intención de esta última empresa de adquirir, de forma inminente, una participación aun más mayoritaria de la que ya detenta en Hispasat.

Ciertamente que Abertis tiene esa intención no es ningún secreto y no lo oculta desde hace años. Hasta puede que la noticia aparecida ahora sea un recordatorio para alguien de que tal voluntad sigue estando ahí.

Pero lo que consideramos dudoso es que este sea realmente el momento en que se va a efectuar la operación.

Y aquí llegamos a lo que realmente parece debe ser el auténtico avatar del sector espacial español en 2012: las decisiones y los cambios que quiera afrontar el nuevo Gobierno en materia de política espacial.

Algunas decisiones, como la estratégica de Abertis, como la selección de contratista principal de Hisnorsat, acaso pueden estar esperando nuevos criterios de nuevos cargos, sobre la generalidad de la empresas o de la participación pública en las mismas.

Seguramente estas decisiones no serán inmediatas. Hay que suponer que el nuevo presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales o el nuevo secretario de Estado de Defensa, por citar dos ejemplos,tendrán algunos temas más apremiantes que los espaciales entre sus deberes por hacer.

Pero en cualquier caso, aún asumiendo, como es lógico, que el nuevo Ejecutivo deba tomarse su tiempo para adoptar decisiones más complejas administrativamente reclamadas por el sector industrial, como es la de la creación de unaAgencia Española del Espacio, no creemos que deba demorar excesivamente algunas tomas de postura ya necesarias.

Debe reiterarse una vez más la idea de que el sector espacial, aún con los ajustes que precisa, es un modelo de lo que debe ser la industria tecnológicamente muy innovadora y con alta capacidad exportadora a la que España debe tender para luchar contra la crisis.

Muchos dicen que habrá que esperar para conocer decisiones al periodo tácito de marasmo que todo el mundo da por sentado hasta marzo, y los nuevos presupuestos del Estado.

Pero en esos mismos presupuestos se debería garantizar ya, de la forma más estable posible y sin minoraciones, el presupuesto destinado a la ESA, fundamental para la buena salud del sector español. Unos presupuestos claros servirán además para enterrar la imagen de falta absoluta de seriedad que el anterior Ejecutivo español ha dejado en la Europa espacial.

Retos, como el pendiente desarrollo de un nuevo plan estratégico quinquenal del sector espacial, o la definición de una líneas coherentes que llevar a la importante reunión de ministros de la ESA que se celebrará a finales de 2012, reclaman -como primera medida antes de soluciones más complejas que puedan estudiarse luego- una coordinación efectiva y seria de ministerios. Una asignación clara y racional de responsabilidades a los nuevos gestores que evite el patético espectáculo al que dio lugar la necedad imperante en los ministerios de Industria y de Innovación.

Laika



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