El Sentinel 3A cumple un año en órbita
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El Sentinel 3A cumple un año en órbita

Sentinel 3A 1
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El satélite medioambiental Sentinel 3A cumplió ayer su primer aniversario en órbita, dentro de la misión de temperaturas más completa del programa Copérnico. Con la ayuda de un radiómetro de microondas (MWR), un instrumento de corrección atmosférica diseñado por Space Systems de Airbus Defence and Space (DS) en España, el satélite conocido como Vigilante de los océanos proporciona datos de observación del planeta de manera rápida y accesible.

El Sentinel 3A, de 1.150 kilogramos y 12 años de vida útil, predice desde hace un año catástrofes naturales ocasionadas, por ejemplo, por un tsunami, al detectar crecidas de nivel de mar.

Precisión de hasta dos centímetros

El radiómetro de microondas fabricado por Airbus DS es un aparato de ingeniería único que garantiza la recopilación y el suministro de mediciones a largo plazo. Este radiómetro, que pesa 26 kilogramos, aprovechó los datos acumulados en las misiones ERS, Envisat y SMOS para desarrollar el nuevo instrumento que está ayudando a tomar el pulso a los océanos.

Cuando se mide la altura, se producen inexactitudes debido a la presencia de vapor de agua en las capas de la atmósfera, sobre todo en la troposfera. Sin embargo, este radiómetro de microondas fue desarrollado –en las instalaciones de Airbus en Barajas, durante ocho años- para corregirlas y mejorar la precisión hasta una exactitud de dos centímetros.

Gracias a esta corrección se puede hacer un seguimiento preciso de toda una variedad de superficies de agua, por ejemplo, mar abierto, zonas costeras, hielo marino y aguas interiores. El satélite hace un mapa de los océanos y de la altura de las olas, algo que es de gran ayuda a los barcos.

La jefa del programa Sentinel 3A, Raquel González, explicó que el instrumento "puede mejorar los modelos de predicción meteorológicos y anticiparse o buscar solución ligadas al cambio climático".

Los satélites de observación de la Tierra dan una vuelta al planeta en aproximadamente una hora y media y en cuatro días han barrido la Tierra. Es decir, la ventaja de los satélites frente a las medidas en tierra es que se tiene una perspectiva más amplia y que se puede cubrir un área mayor en menos tiempo.

Un control térmico ‘inmejorable’

Airbus DS también ha diseñado las estructuras del satélite y el subsistema de control térmico. Durante este primer año de vida del sistema, se han analizado las telemetrías relativas a las temperaturas de los equipos a bordo y a los consumos de las líneas de calentadores y se han comparado con las previsiones de hace un año.

Desde Airbus DS, se afirmó que el control térmico se está comportando de manera "inmejorable", ya que, a pesar de las condiciones extremas a las que se somete el satélite en su órbita, los equipos se mantienen dentro de su rango de temperaturas de funcionamiento. Por esta razón, no hace falta cambiar el diseño del subsistema en modelos futuros.

El jefe del departamento de control térmico, Nacho Melendo, destacó que "todo está en línea con lo predicho", por lo que se podría decir que el control térmico está funcionando en forma nominal. Asimismo, recalcó que para los futuros proyectos hermanos del Sentinel 3A –como el Sentinel 3B, cuyo lanzamiento está previsto durante 2017-, en los que Airbus ya está trabajando, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) no ha pedido ninguna modificación, más allá de la arquitectura del satélite para los equipos nuevos.

Ejemplo de la excelencia técnica europea

Esta misión es el resultado de una estrecha colaboración entre la ESA, la Comisión Europea, Eumetsat, la agencia espacial francesa (CNES), la industria, los proveedores de servicios y los usuarios finales. El Sentinel ha sido diseñado y construidos por un consorcio de unas 100 empresas y es uno de los proyectos europeos con mayor participación española.

Foto: ESA



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