Francia pone al espacio cercano en el punto de mira de su defensa
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Francia pone al espacio cercano en el punto de mira de su defensa

El objetivo de París es que no ocurra en esta franja de la atmósfera de más de 20 kilómetros de altura lo que ha pasado con la irrupción de los drones
Vehículo espacial experimental europeo IXV, en cuyo desarrollo participa la francesa Dassault. Imagen. Dassault Aviation
Vehículo espacial experimental europeo IXV, en cuyo desarrollo participa la francesa Dassault. Imagen. Dassault Aviation
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Las Fuerzas Armadas francesas han puesto la mirada en el espacio cercano, al que están dedicando distintos proyectos de defensa. El apoyo que el ministerio de ramo acaba de plasmar a la iniciativa de la compañía Dassault para desarrollar un demostrador de un avión espacial, denominado Vortex, con aplicaciones militares, coincide, entre otros, con los ensayos que la Fuerza Aérea del país acaba de realizar con misiles Mica para derribar objetivos a más de 20.000 metros de altura, en el denominado espacio cercano. A esa franja, que llega hasta los 100 kilómetros, también está dedicando esfuerzos con radares capaces de detectar objetos dentro de ella, mientras trabaja para que sus aviones de combate y sus sistemas de defensa aérea puedan abatir amenazas a semejantes distancias.

De acuerdo con las revelaciones del responsable de estrategia de sistemas de combate aéreos, terrestres y navales de la Dirección General de Armamento de país (DGA), Phippe Koffi, tras estas mejoras ya está previsto incorporar el uso de láseres, drones estratosféricos y aviones espaciales, como el citado Vortex.

El portal especializado estadounidense Defense News recoge también las palabras del ministro de las Fuerzas Armadas francés, Sébastian Lecornu, pronunciadas a mediados del mes pasado en el Salón Aeronáutico de París, en las que apuntaba igualmente hacia una mayor militarización del espacio cercano. El fenómeno es similar a lo que ocurre también con la órbita terrestre baja (entre 160 y 2.000 kilómetros de altura) y a lo que pasa igualmente en el lecho marino, que están erigiéndose en nuevos entornos de defensa.

Globos chinos

Como ejemplo del creciente interés hacia esta franja de la atmósfera a la que también se conoce como de “muy alta altitud”, de acuerdo con la jerga empleada por las fuerzas francesas, destaca al derribo en 2023 de unos globos chinos sobre los cielos de Estados Unidos.

La previsión de Francia, citada por el general al cargo del espacio cercano de su Fuerza Aérea y Espacial, Aleix Rougier, es que la tecnología irá permitiendo un mayor uso de ese rango de altitud, de entre 20 y 100 kilómetros, tanto para usos civiles como militares, lo que impulsa un mayor interés sobre su necesidad de defensa.

La cuestión es que la Convención de Chicago que rige estos asuntos determina que el espacio aéreo de un país es soberano de ese país, mientras que el Tratado de Espacio Exterior establece que éste es un ámbito libre para que todos lo usen. Lo que no está claro es donde acaba uno y empieza otro, por lo que existe una amplia zona gris en la que no hay más posibilidad para cumplir la soberanía que ser capaces de actuar con efectividad en ella, de acuerdo con las palabras de Rougier recogidas por el medio estadounidense.

Detectar, neutralizar y operar

De este modo, resume el militar francés, “el objetivo es dominar este segmento en el futuro en las tres áreas: detectar objetos en este segmento, lo cual no es una tarea fácil; poder interceptarlos y neutralizarlos si representan una amenaza, y operar a esas altitudes muy altas para aprovechar estos beneficios”.

En este marco tuvo lugar la prueba con misiles Mica, de la firma MBDA, en la que se emplearon un avión de combate Rafale y un Mirage para derribar dos globos “muy por encima” de los 20 kilómetros de altura. Para completar el ensayo, en el que la optimización del radar resultó clave, Francia contó con la ayuda de los pilotos estadounidenses de F-22 que abatieron los globos chinos en 2023.

Francia está mejorando radares GM400 y GM200 de Thales para detectar objetos en el espacio cercano. También cuenta con sistemas de alerta UHF de Thales y con el radar Nostradamus, que emplea ondas de radio de alta frecuencia que rebotan en la ionosfera para detectar aviones. La futura constelación europea de satélites Ojo de Odin, que se espera que esté disponible en 2030, también ayudará a una detección basada en el espacio.

SAMP/T NG

En paralelo, la DGA está trabajando sobre la capacidad del sistema de defensa tierra-aire de largo alcance SAMP/T de próxima generación para interceptar objetivos a mucha altura, como globos, y muy rápidos, como misiles hipersónicos, e igualmente en el desarrollo de un demostrador láser capaz de neutralizar las ópticas de satélites y globos desde tierra.

Finalmente, la estrategia francesa incluye poder operar directamente desde esas distancias a través de iniciativas como la futura aeronave de vigilancia y comunicaciones Stratobus, de Thales Alenia Space; el globo Balman, desarrollado por Hemeria, y el seudosatélite espía Zephyr, de Airbus, que a finales de verano realizará previsiblemente un vuelo de prueba.

Capacidades en el FCAS

Nuevos desarrollos, como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), desarrollado junto a España y Alemania, deberán incorporar capacidades que le permitan actuar en el espacio cercano, advierte Koffi. El objetivo es que la nueva guerra en el espacio cercano no pille de sorpresa como ha ocurrido a muchos con la irrupción de los drones, por ejemplo, que tan notablemente están influyendo en los actuales campos de batalla.



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