La Fuerza Espacial de Estados Unidos (USSF) lanzó con éxito este martes 12 de agosto el Satélite de Tecnología de Navegación 3 (NTS-3), construido por L3Harris Technologies, desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, a bordo de un cohete Vulcan de United Launch Alliance (ULA).
Esta noticia no tendría más relevancia sino fuera porque esta nave espacial es el primer sistema experimental de navegación por satélite del Departamento de Defensa de EEUU en 48 años y el primer satélite de Posicionamiento, Navegación y Sincronización (PNT) totalmente reprogramable, diseñado para brindar a los militares estadounidenses una capacidad de respuesta y flexibilidad que garantice el éxito de sus misiones.
El lanzamiento desde Florida de la misión USSF-106 también es noticioso porque el lanzador Vulcan de ULA es el más nuevo y potente de esta compañía hasta la fecha.
El cohete, de 61 metros de largo, y probado por primera vez en enero de 2024, empleó cuatro propulsores de combustible sólido montados lateralmente para generar suficiente empuje y enviar su carga útil directamente a una órbita geoestacionaria (GEO) en un vuelo de siete horas de duración. El Vulcan está llamado a sustituir a los ya tradicionales Atlas V y al Delta IV Heavy.
El sistema PNT es similar al GPS norteamericano o al Galileo europeo. La novedad radica en este caso en que la plataforma está construida para resistir interferencias o suplantaciones de identidad, según Andrew Builta de L3Harris Technologies, el contratista principal de la carga útil PNT integrada en un bus satelital construido por Northrop Grumman.
Además, el satélite cuenta con una arquitectura de software que permite su reprogramación en órbita. «Esta es una capacidad verdaderamente revolucionaria», afirmó Builta.
La plataforma cuenta con una antena de matriz en fase activa y orientable electrónicamente que le permite "enfocar potentes haces hacia las fuerzas terrestres y combatir entornos de interferencia", declaró Builta a los medios de comunicación antes del despegue.
Las interferencias del GPS se han convertido en un problema cada vez más preocupante tanto para los operadores militares como comerciales de satélites estadounidenses, por lo que esta nave espacial militar y secreta realizará experimentos para comprobar la eficacia de estas nuevas tecnologías para eludir ataques.
“La necesidad de un PNT preciso e ininterrumpido nunca ha sido tan esencial para nuestros combatientes que operan en entornos sin GPS”, declaró Ed Zoiss, presidente de Sistemas Espaciales y Aéreos de L3Harris.
“El exitoso lanzamiento del sistema NTS-3 es el primer paso en la actualización de la tecnología del siglo XX para ayudar a abordar las amenazas actuales a nuestra seguridad nacional”, añadió.
El satélite es más pequeño y ligero que las plataformas PNT tradicionales y operará a mayor altitud, dado que lo normal es que trabajen en órbitas bajas (LEO), es decir, a menos de 2.000 kilómetros, y no en órbitas geoestacionarias (GEO).