El fabricante de herramientas francés Loiretech ha entregado una maqueta del escudo térmico de la nave ExoMars a las instalaciones de ArianeGroup situadas en la localidad francesa de Saint-Médard-en-Jalles. En abril de 2024, la Agencia Espacial Europea (ESA) adjudicó un contrato de 522 millones de euros a un consorcio liderado por Thales Alenia Space para reiniciar el desarrollo de la misión ExoMars, que llevará el róver Rosalind Franklin a la superficie de Marte.
Como parte del consorcio, ArianeGroup es responsable del escudo frontal y del elemento de protección térmica de la nave, diseñada para proteger al róver durante su entrada en la atmósfera marciana. Dentro de ese grupo, Airbus Defence and Space en el Reino Unido se encarga del róver y de los sistemas mecánico, térmico y propulsor del módulo de aterrizaje; OHB (Alemania) del módulo transportador; y Altec (Italia) del Centro de Control de Operaciones del Róver (ROCC).
Aunque ArianeGroup no ha hecho comentarios públicos sobre su trabajo de desarrollo en ExoMars, una actualización en redes sociales del fabricante francés de herramientas Loiretech, publicada el 17 de julio, indicó que había entregado una maqueta del escudo térmico de ExoMars.
Según Loiretech, ArianeGroup utilizará la maqueta para la calificación inicial del escudo térmico, sobre el cual se instalarán las placas de protección térmica. Aunque no se indica explícitamente, es probable que la maqueta se utilice para pruebas de verificación de ajuste, ensayos de ensamblaje y la evaluación de los procedimientos de montaje de las placas térmicas.
A pesar de haber suministrado la maqueta inicial de la estructura del escudo térmico, el director del programa ExoMars de ArianeGroup, Jérôme Bertrand, confirmó en un comentario en la actualización de Loiretech que la empresa no será responsable del modelo de vuelo del componente.
El lanzamiento de la misión ExoMars está programado para 2028. Una vez en la superficie marciana, ya en 2030, el róver desplegará un taladro desarrollado por la empresa Leonardo para extraer muestras a profundidades de hasta dos metros. Esta profundidad es crucial, ya que se encuentra bajo la capa de suelo a salvo de la radiación de la superficie, lo que ofrece una mayor probabilidad de descubrir material orgánico preservado.