Trump firma una Orden Ejecutiva para reducir las regulaciones de la industria espacial estadounidense

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este miércoles 13 de agosto una Orden Ejecutiva destinada a reducir las regulaciones en la industria espacial comercial. La nueva disposición largamente esperada por el sector -y especialmente por SpaceX- ordena al secretario de Transporte acelerar o eliminar las revisiones ambientales para las licencias y permisos de lanzamiento y reingreso.

La disposición también ordena una revisión de los requisitos reglamentarios actuales con el objetivo de eliminar reglas obsoletas, redundantes o excesivamente restrictivas relacionadas con los vehículos de lanzamiento y reingreso.

Además, asigna al secretario de Comercio, Howard Lutnick, en coordinación con los Departamentos de Defensa y Transporte, así como con la NASA, la tarea de evaluar el cumplimiento de la Ley de Gestión de la Zona Costera y sus implicaciones para el desarrollo de puertos espaciales.

“Los procesos de permisos ineficientes desalientan la inversión y la innovación, limitando la capacidad de las empresas estadounidenses para liderar los mercados espaciales globales”, afirmó la Casa Blanca en un comunicado.

El Ejecutivo norteamericano advirtió que las complejas normas ambientales y de licencias ralentizan los lanzamientos espaciales comerciales y crean desventajas para las empresas emergentes que no pueden afrontar los altos costos de cumplimiento. Además, pidió un “proceso simplificado para autorizar nuevas actividades espaciales” que no estén cubiertas por las regulaciones existentes.

"Garantizar que los operadores estadounidenses puedan lanzar, realizar misiones espaciales y reingresar al espacio aéreo estadounidense de manera eficiente es fundamental para el crecimiento económico, la seguridad nacional y el logro de los objetivos espaciales federales", señala la Orden Ejecutiva creada para facilitar la competencia en la industria espacial comercial.

"Es política de Estados Unidos mejorar la grandeza estadounidense en el espacio posibilitando un mercado de lanzamiento competitivo y aumentando sustancialmente la cadencia de lanzamientos espaciales comerciales" para 2030, se lee en la normativa.

Esta disposición es considerada como un triunfo para la compañía SpaceX, propiedad de Elon Musk, líder mundial en lanzamientos al espacio, pero ha sido criticada por algunos grupos ecologistas como el Centro para la Diversidad Biológica.