La Conferencia Anual de Satélites Pequeños (SmallSat) se ha convertido ya, por méritos propios, en una cita ineludible para quienes quieren presentar sus nuevas capacidades dentro de la industria espacial y más concretamente en el mundo del New Space.
La feria que se celebra hasta hoy 13 de agosto desde el día 10 en el Centro de Convenciones Salt Palace en Salt Lake City, en el estado norteamericano de Utah, ha cumplido su 39ª edición, reuniendo a más de 4.000 personas de 45 países.
El éxito de convocatoria es tan indiscutible que la sede original en la localidad de Logan se quedó corta después de 38 años consecutivos y por ello se decidió el traslado a Salt Lake City para poder alojar a expositores y participantes.
“No hemos cambiado la conferencia. Solo su localización para apoyar el crecimiento de la comunidad", admitió Pat Patterson, presidente de la Conferencia y profesor en la Utah State University (USU).
Como en ediciones anteriores, la Conferencia SmallSat ha sido altamente técnica. El 20% de los asistentes estaba vinculado a centros universitarios y los estudiantes competian por becas que llegan a los 30.000 euros.
Celebrar el evento en Salt Lake City ha significado que todo podía "estar bajo un mismo techo: todas las sesiones técnicas, las exhibiciones, los pósteres, las reuniones paralelas", dijo Patterson. Incluso los almuerzos se sirvieron en el mismo edificio.
SmallSat es conocido por ofrecer almuerzos a los asistentes desde que 45 personas se reunieron para la primera reunión anual en 1987. Las comidas, como muchos elementos de la reunión, están diseñadas para fomentar la interacción. En el almuerzo, por ejemplo, un estudiante puede sentarse junto a un ejecutivo de la industria y frente a alguien de la NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA).
“Es un motor natural de discusiones colaborativas que de otra manera serían difíciles de concretar porque esas personas no se mueven en los mismos círculos”, reconoció Patterson.
El enorme interés desatado por la Conferencia SmallSat explica la presencia de empresas españolas del sector como PLD Space, UARX Space, Arkadia Space, Ienai Space, Arkadia Space, Alén Space, Solar MEMS y Sateliot, entre otras.
La Conferencia ha premiado al profesor español Jordi Puig-Suari afincado en California por sus "contribuciones de importancia excepcional a la comunidad de satélites pequeños". Puig-Suari es un profesor de la Universidad Politécnica Estatal de California (Cal Poly), mundialmente conocido por haber inventado, junto a Bob Twiggs, el estándar CubeSat, base de prácticamente todos los pequeños satélites modulares.
El DiskSat, la alternativa al CubeSat
Entre las numerosas novedades presentadas en la Conferencia destaca la presentación de los DiskSats, una alternativa a los CubeSats.
La NASA está financiando a diseñadores de estas nuevas naves espaciales pequeñas como es el caso de The Aerospace Corporation, una empresa afincada en El Segundo, California, que está desarrollando una demostración tecnológica de este artefacto que mantiene las ventajas del CubeSat y, al mismo tiempo, supera sus limitaciones.
El DiskSat es un satélite en forma de placa de 101 cm de diámetro y 2,5 cm de grosor que podría ofrecer mayor potencia y superficie para instrumentos, lo que ofrece más oportunidades para ampliar los objetivos de misión de las naves espaciales pequeñas. Los CubeSat son muy populares entre las organizaciones interesadas en desarrollar y volar naves espaciales pequeñas rentables y fáciles de lanzar gracias a su forma, volumen y diseño estandarizados. Dado que los CubeSat viajan al espacio en una caja estándar, conocida como contenedor, las interfaces simplificadas entre el CubeSat y el vehículo de lanzamiento facilitan viajes compartidos económicos con oportunidades de lanzamiento frecuentes y flexibles.
Impulsados por intereses comerciales, muchos subsistemas de CubeSat, como los de comunicación y navegación, se producen en masa y existen productos listos para usar. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño y estructura en forma de caja, el diseño de CubeSat tiene una superficie reducida y limita considerablemente la potencia y la apertura (superficies que pueden dedicarse a grandes antenas o instrumentos que requieren exposición al espacio), lo que limita su capacidad para alcanzar algunos objetivos de misión.
El DiskSat mantiene la conteinerización de los CubeSats (utilizando un contenedor de lanzamiento estándar), pero adopta una forma completamente nueva: un disco plano que, para la primera misión de demostración, tiene solo 2,5 cm (1 pulgada) de grosor por 1 metro (40 pulgadas) de diámetro.
Los DiskSats utilizan subsistemas estándar de CubeSat, aprovechando productos de la industria de los CubeSat. Para el lanzamiento, se pueden apilar muchos DiskSats para que quepan en la carena del vehículo de lanzamiento y se despliegan uno a uno después de que este alcance la órbita; resulta un enfoque ideal para construir grandes constelaciones de naves espaciales pequeñas.