Satélites de la NASA revelan que las lluvias de 2023 son un respiro para Chile en su lucha contra la sequía

A pesar de que la sequía y la escasez hídrica son fenómenos globales que avanzan a pasos agigantados, la tecnología espacial de la NASA ha demostrado cómo Chile parece estar viviendo una suerte de respiro. Las lluvias del invierno de 2023, más intensas que en años anteriores, han dejado una acumulación de nieve que no se veía en la cordillera de los Andes desde 2015.

Las imágenes del Viirs (Visible IR Imaging Radiometer Suite) del satélite NOAA-20, procesadas por el Observatorio de Nieve en los Andes de Argentina y Chile, ponen de manifiesto la comparativa entre el 18 de diciembre de 2021 y, exactamente, la misma fecha dos años después. Se destaca, sobre otros hitos geográficos, la cuenca de Tinguiririca, que abastece de agua a la región de O'Higgins, al sur de la capital Santiago, una zona agrícola del valle central conocida por sus huertos frutales y su producción de vino.

Comparativa anual de nieve caída en la cuenca de Tinguiririca. Firma: NASA

El científico atmosférico de la Universidad de Chile, René Garreaud, comenta que "la capa de nieve estacional, a menudo agotada en esta época del año, persiste y eso es bastante bueno para los ríos que drenan las cuencas andinas a ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina".

Sin embargo, Garreaud advierte que 2023, como año húmedo, puede representar una mera interrupción y no el final de la megasequía y afirma que "el cambio climático está empujando al centro de Chile hacia un clima más seco". Desde el Observatorio de la Tierra (Earth Observatory) de NASA agregan que los modelos regionales proyectan una disminución entre 35 y 45 % en la capa de nieve de los Andes para mediados de siglo, incluso en un escenario de bajas emisiones de gases de efecto invernadero.