'PerúSAT-1': un satélite para el desarrollo

Durante muchos años, hablar de tecnología espacial en Perú era un tema de algunos pocos; sin embargo, esto cambió el 15 de septiembre de 2016, con el lanzamiento del PerúSAT-1, el cual fue televisado a nivel nacional y transmitido en vivo vía internet.

Tal vez para la mayoría de los ciudadanos, al ser indagados sobre lo que significa que Perú tenga un satélite en el espacio, respondan que es un motivo de orgullo nacional o que se traduce en progreso para el país; mientras que para otros existan dudas sobre si esta compra ha sido un lujo o una herramienta innecesaria.

Lo cierto es que el lanzamiento del primer satélite del Estado Peruano tiene significados desde varias perspectivas. Para empezar, a nivel internacional este evento ha puesto a Perú en los ojos del mundo al ser PerúSAT-1 el sistema satelital más poderoso de la región latinoamericana.

De otro lado, es válido ver este evento como un hito en el desarrollo espacial de Perú, pues es la primera vez que se efectúa una inversión de gran magnitud en el campo espacial; de manera que si se sigue la experiencia de todos los Estados que han iniciado y sostenido este tipo de inversiones, Perú debería continuar este camino en áreas como las comunicaciones satelitales, las cuales parecen ser el siguiente paso lógico en el desarrollo espacial del país.

También es importante explorar la contribución potencial al desarrollo socioeconómico del país cuando un Estado cuenta con infraestructura espacial. Es necesario recordar que el Proyecto de Inversión Pública que ha originado la adquisición de PerúSAT-1, ha proyectado un suficiente retorno de la inversión; pero la verdadera contribución del satélite peruano se avizora mucho mayor a lo previsto, por el potencial impacto en las actividades sociales y económicas del país.

Otro punto de vista que se ha puesto de manifiesto, durante los dos meses siguientes al lanzamiento de PerúSAT-1, ha sido el hecho de que hablar de tecnología espacial de observación de la tierra es un asunto muy complejo para un ciudadano que sólo tiene como fuente de información los titulares de los medios o que intenta leer detrás de éstos la utilidad de tener un satélite que toma fotos del territorio. Y es que en realidad el nivel de complejidad detrás del desarrollo de un satélite es bastante alto, incluso para un ingeniero.

En consecuencia, es más importante entender que las imágenes, a disposición de las entidades públicas, permitirán monitorear actividades y cambios en el territorio para tomar mejores decisiones desde múltiples aspectos: técnicos, operativos, administrativos, o incluso jurídicos. A partir de ahora, muchos proyectos en las instituciones públicas que implican el uso de imágenes de satélite y que no alcanzaban a ser viables por los costos que conllevan en el mercado internacional, tendrán mayores oportunidades de implementarse, permitiendo no sólo ahorrar recursos, sino también reducir los tiempos y sobre todo mejorar la calidad de las decisiones tomadas.

Nueva etapa para la Conida

Finalmente, pero no por último, debe verse a PerúSAT-1 como el inicio de una nueva etapa en la Agencia Espacial de Perú; puesto que la visión y los conocimientos que ha traído el equipo de ingenieros peruanos formados en Francia en el marco de esta adquisición, han mejorado las capacidades humanas de la Conida, lo que sumado a la capacidad tecnológica de PerúSAT-1, resulta en nuevas oportunidades de cooperación internacional con beneficios muy importantes para un país que ha dado este salto firme a la era espacial.

Ahora le toca a la Agencia Espacial capitalizar este momento de su historia para alcanzar la aprobación de una política espacial y un plan espacial nacional, que permitan que, en la próxima década, las actividades espaciales en Perú contribuyan sostenidamente al desarrollo socioeconómico del país y, que hablar de tecnología espacial, ya no sea un tema de muy pocos.