Jean Jacques Dordain, director general de la ESA .-
Hoy es un día triste no solo para la familia de Neil Armstrong, sino para todo el planeta. Los primeros pasos de Neil Armstrong y de Buzz Aldrin en la Luna forman parte de la historia de la humanidad, es decir, trascienden las fronteras de la historia de la exploración espacial o de la historia de Estados Unidos. Hasta el 21 de julio de 1969 Neil Armstrong fue estadounidense, al igual que los aterrizajes en la Luna. Pero después de ese día Neil Armstrong, como su predecesor Yuri Gagarin -que nos hizo descubrir nuestro planeta Tierra-, perteneció a la humanidad.
Después de ese día, la competencia entre las dos grandes superpotencias del vuelo espacial tripulado pasó a ser cooperación, y hoy en día estadounidenses y rusos trabajan juntos en el espacio con sus colegas japoneses, canadienses y europeos. Espero que en el día de mañana lo hagan también con otros embajadores espaciales. Con ese objetivo desempeño mi labor. El aterrizaje en la Luna supuso un esfuerso colectivo para los estadounidenses, y Neil Armstrong es el principal símbolo de ello. Pero Neil Armstrong llegó a ser algo más que un héroe; se convirtió en un hombre sabio, discreto y reservado, listo para legar su experiencia a las generaciones más jóvenes.
Armstrong ha servido de inspiración a jóvenes de todo el mundo, y también por eso Neil Armstrong siempre estará presente en una generación tras otra de infinidad de ingenieros y científicos. Mi encuentro con Neil Armstrong permanece como un momento mágico en mi vida, y cumplo el deseo de su familia de hacerle un guiño a la Luna, donde sus pasos quedarán impresos para la eternidad.
NEWSLETTER
ALERTAS
