El espacio en los programas electorales
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El espacio en los programas electorales

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Hoy hablamos de España, donde las elecciones generales han sido adelantadas al 20 de noviembre.

Los periodos preelectorales suelen distinguirse por algunos fenómenos típicos en el comportamiento de las empresas. Uno de ellos es el del “fino” intento de acercamiento a quienes se empieza a barruntar que pueden ganar. Otro es el de que todos quieren saber cuál es la propuesta concreta para su sector de los partidos.

Evidentemente ambos fenómenos van unidos. Al fin se trata de posicionarse para mejorar… o sobrevivir en el futuro.

El primero resulta generalmente más chusco. Es, en ocasiones, entre desternillante y patético observar los esfuerzos de aproximación “a los otros” de quienes se sabe que han sido “de los unos” de siempre. La verdad es que hay ocasiones en que las compañías -donde, en teoría el dinero no tiene color- están tan obsesionadas con las estrategias rocambolescas de aproximación, que no ven lo más evidente: que cambiar a presidentes demasiado señalados políticamente y durante demasiado tiempo es la más higiénica de las medidas.

El segundo fenómeno, el de querer saber los planes, tiene también su parte cómica continuadora de la anterior: la del esfuerzo denodado por poder compartir migajuelas en el mismo mantel que el representante de los presuntos ganadores en cualquier tipo de evento.

Pero también tiene su parte seria y muy difícil: la de que es muy raro que los partidos expliquen con detalle, o simplemente esbocen, sus planes en casi ningún sector. Quizá y simplemente porque no tienen planes en casi nada, excepto el de ganar los comicios.

El sector espacio, a pesar de su importancia innovadora y estratégica, suele ser de esos “dejados de la mano de Dios”.

Pero en esta ocasión, la diputada del PP Beatriz Rodríguez-Salmones si ha movido ficha en el seminario 'El satélite, elemento clave de un nuevo modelo de crecimiento', dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. Allí ha señalado que el Partido Popular quiere llevar en su programa electoral la creación de una Agencia Española del Espacio.

Tan interesante como la propia propuesta, lo es el que quien la haya formulado sea la portavoz del PP en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados; que Rodríguez-Salmones sea además la persona a la que se ha asignado elaborar el proyecto de programa electoral en materia de Defensa; y que tal propuesta se base en unos informes en profundidad que un equipo de técnicos cualificados está elaborando para el saneamiento del sector industrial de defensa, el marco general financiero y los presupuestos en esta materia, o el I+D+i, todo ello con una perspectiva de largo plazo.

El planteamiento del campo espacial, como el de defensa, por los largos periodos de sus programas y por su importancia estratégica debe ser una cuestión de Estado, vista a largo plazo y por encima de las cicaterías de los partidos que solo consideran los cortos periodos de una legislatura.

El sector industrial espacial español –que no hay que olvidar que es dual con el de defensa en muchas compañías- creemos que es fuerte por sí solo y por su propio esfuerzo de desarrollo se ha ganado el nivel que tiene hoy. Pero depende demasiado de unos programas de la Agencia Espacial Europea, cuyos retornos a su vez están supeditados a los presupuestos que asigne el Estado español.

En fin, se trata de un sector fuerte pero en manos de una Administración donde desde hace 50 años solo han existido peleas y desentendidos en la cuestión espacial entre ministerios y organismos dispares.

Actualmente el control de los dineros está de la mano de un organismo, el CDTI (por cierto uno de los pocos organismos que si dan la sensación de funcionar bien en este país), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. Pero los dineros son del presupuesto del Ministerio de Industria y bien conocidos son los odios entre ambos departamentos a cuento de todo ello.

Mientras, el centro de investigación en cuestiones espaciales se supone que es el INTA, dependiente del Ministerio de Defensa. Otros como Fomento también tienen sus responsabilidades en programas como Galileo.

A poco que esto evolucione, las comunidades autónomas también querrán echar su cuarto a espadas en materia espacial.

Más allá de las decisiones que pudieran tomarse tras las elecciones de suprimir algunos ministerios, una Agencia Espacial única se vislumbra como un interlocutor único y útil a través del que canalizar toda la cuestión espacial de una forma más cabal, organizada, eficiente y barata. Y si algo necesita sobre todo España ahora es racionalizar y abaratar las administraciones. Un interlocutor oficial único obligaria acaso a las empresas a mejorar tambien su capacidad asociativa para disponer a su vez de un interlocutor industrial igualmente eficiente.

Que los planes sobre la cuestión espacial del PP aparezcan encuadrados en el paquete de Defensa no parece extraño. Al fin, este Ministerio ha sido, desde la época de los dos Serras, el mayor promotor, el auténtico impulsor de una política original, efectiva y de entidad en materia satelital. El sector de espacio de Defensa es un auténtico modelo de éxito de externalización.

Mucho de lo que pase en el futuro sobre espacio, si gana el PP, habrá de pasar precisamente en las decisiones racionalizadoras generales de todo el departamento. Por ejemplo, lo que se decida hacer con los centros de investigación, entre ellos el INTA; por ejemplo, lo que se decida hacer con las empresas públicas hoy dependientes del Ministerio, por ejemplo INSA.

Es de esperar que algún otro partido cuente si tiene alguna idea sobre el particular.

Laika



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