La NASA canceló ayer el lanzamiento de la misión Artemis I debido a un problema en el control de temperatura del tercer motor RS-25 de su lanzador (SLS). La agencia estadounidense paralizó la cuenta regresiva a cuarenta minutos del despegue debido a este y otros errores que fueron detectados. El lanzamiento estaba planificado entre las 14:33 (CEST) y las 16:33 horas desde la plataforma de lanzamiento Kennedy 39B, en Florida. La próxima ventana de despegue está planificada para el próximo 2 de septiembre y, el portavoz de la NASA, Derroll Nail, aclaró sobre esto que "no sabemos en este punto si el equipo de lanzamiento la utilizará". En caso de no hacerlo, la siguiente fecha que se baraja será el 5 de septiembre.
La directora del lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, y su equipo de ingenieros decidieron abortar la misión a pesar de que lograron solucionar otros errores incluyendo un retraso en la carga de propelente, una fuga en la desconexión rápida de la línea de ocho pulgadas (utilizada para drenar el hidrógeno líquido de la etapa central) y una fuga de hidrógeno de una válvula empleada para ventilar el propelente de la etapa central. Además, se sospechó que podría haber una grieta en el material del sistema de protección térmico, aunque después de investigar la nave en profundidad se comprobó que no era así.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, ha asegurado que no lanzarán "hasta que todo esté bien", eludiendo la tarea de fijar el 2 de septiembre como posible nueva fecha. Por su parte, el manager de la misión Artemis, Mike Serafin, declaró que "realmente, necesitamos repasar toda la información y todos los datos".
La Artemis I en la plataforma de lanzamiento. Foto: NASA
La misión
La nave orbitará la Luna, desplegará diez nanosatélites, realizará un estudio acerca del entorno de radiación lunar y servirá como preparación para las próximas misiones del programa, entre las que se encuentra el envío de seres humanos al satélite terrestre en la futura Artemis III, incluidos la primera mujer y la primera persona de raza negra que llegarán a la Luna.
La preparación para el lanzamiento comenzó unas seis horas antes de que se produjese el despegue. En primer lugar, tras enfriar las líneas de oxígeno líquido, se comenzó el llenado lento de la etapa central del cohete del SLS. Los equipos, entonces, completaron el enfriamiento de las líneas de hidrógeno líquido. Fue en los estadios finales de este proceso cuando se detectaron los problemas de control de temperatura en el motor número tres (de los cuatro que posee el sistema) y se decidió cancelar el lanzamiento.
Un presupuesto indeterminado
El coste de la misión Artemis no ha trascendido con exactitud debido a que la NASA no era capaz de definir una cifra, lo que propició que la Office of Inspector General (OIG) estadounidense criticase a la agencia. Tras esto, la NASA publicó una suma estimada de todo el programa Artemis que asciende a 93.000 millones de dólares para 2025. Tanto el lanzador SLS como la cápsula Orion que componen la Artemis I llevan días preparados para su envío a la Luna en la plataforma de lanzamiento y, su construcción, necesitó la asistencia de cientos de empresas a lo largo de 11 años para el SLS y 16 para la Orion.
Las funciones de Artemis
Los diez pequeños satélites (CubeSats) que desplegará Artemis están destinados a desarrollar experimentos espaciales y servirá como ensayo para las futuras misiones tripuladas del programa. La encargada de llevar al ser humano de nuevo a la Luna (algo que no sucedía desde 1972) será la Artemis III, prevista para no antes de 2025. La NASA ya trabaja en ese futuro y ha seleccionado hasta 13 posibles zonas de aterrizaje en la Luna.
Fotografía de la Artemis I en la plataforma de lanzamiento junto a la Luna llena. Foto. NASA
Entre las muchas funciones que tendrá la misión, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha revelado recientemente que la nave también incorporará cinco Unidades Móviles de Dosimetría Activa (EAD-MU) con el fin de cartografiar el entorno de radiación del espacio profundo de la Luna de la forma más completa posible. Estos datos se compararán posteriormente con las mediciones de la Estación Espacial Internacional (ISS) y ayudarán a evaluar la seguridad de las siguientes misiones Artemis con tripulación.
El físico de la ESA, Matthias Dieckmann, explica que las EAD-MU, que anteriormente llevaban los astronautas, "son un elemento de un sistema más amplio patentado por la ESA, que incluye un dispositivo central para la carga de las EAD-MU y la transferencia de datos".
El papel de Europa en la misión
La compañía Airbus ha dirigido en nombre de la ESA las operaciones europeas en la misión que han consistido fundamentalmente en el desarrollo del Módulo de Servicio Europeo (ESM) de la nave Orion, un elemento clave con más de 20.000 piezas y componentes, desde equipos eléctricos hasta propulsores, paneles solares, tanques de propulsión, materiales de soporte vital y varios kilómetros de cables y mangueras.
Ingenieros durante los test del módulo de la tripulación de la cápsula Orión. Foto: NASA
El ESM es un cilindro de unos cuatro metros de alto y ancho. Cuenta con un característico generador solar de cuatro palas (19 metros de diámetro cuando está desplegado), que genera suficiente energía para dos hogares. Las 8,6 toneladas de combustible del ESM alimentan el motor principal, ocho motores auxiliares y 24 propulsores más pequeños para el control de actitud.En el momento del lanzamiento, el ESM pesa en total algo más de 13 toneladas. Además de servir como sistema de propulsión principal para la nave Orion, el ESM permitirá las maniobras orbitales y el control de actitud. Proporcionará a la tripulación elementos clave de soporte vital, como agua y oxígeno. Además, el módulo de servicio no presurizado podrá utilizarse para transportar cargas útiles adicionales. También regulará el control térmico mientras esté acoplado al módulo de la tripulación, un sistema que ha sido desarrollado en España. Estas características han llevado a que desde Airbus se denomine al ESM como el "corazón y los pulmones" de la Artemis.