Pablo Álvarez (León,1988) fue anunciado el pasado noviembre como nuevo astronauta titular de la Agencia Espacial Europea (ESA) en un proceso de selección del que han sido elegidos, esta vez, a dos españoles -tambén Sara García- por primera vez desde 1992, cuando Pedro Duque fue elegido.
Álvarez ha pasado un año y medio de pruebas y entrevistas, destacando entre más de 22.500 candidatos. Ingeniero aeroespacial, ha desarrollado su carrera principalmente en Airbus y ha trabajado en proyectos como ExoMars de la ESA. En otras ocasionaes ha confesado que su ídolo "desde pequeño ha sido Pedro Duque" y ha reivindicado la tecnología espacial europea: "Sin ella no podríamos volver a la Luna".
El leonés todavía está digiriendo su nuevo puesto profesional y se prepara para, a partir de abril, enfocarse en su entrenamiento mientras espera que le asignen su primera misión.
¿Cómo ves ahora, con perspectiva, tu elección como astronauta? ¿Cómo ha cambiado tu vida?
Bueno, es un poco como cuando acabas los exámenes de la carrera, los apruebas y te parece que de repente que no ha sido tan complicado. Bueno, pues con esto no me está pasando. Ha sido tremendamente difícil y todavía es difícil de asimilar que me hayan elegido a mí entre 22.500 personas para ser astronauta y empezar el entrenamiento en abril. Y, bueno, todavía acostumbrándome un poco a los medios, las entrevistas y todo esto que es completamente nuevo, pero en general muy contento.
Justo antes del anuncio el 22 de noviembre, tuvimos un pequeño curso de formación sobre cómo tratar con los medios, pero muy corto. Y no me hubiera venido mal tener en vez de cuatro horas, pues por lo menos una semanita para acostumbrarme. Pero bueno, al final vas aprendiendo haciéndolo, de alguna forma. Te abren el telón, tienes todos los medios delante y durante un mes no hacen más que dar entrevistas, pero te acostumbras.
Hasta que empiecen los entrenamientos de la ESA en abril, ¿cuál es tu actividad principal?
Sigo trabajando en Airbus, donde estaré hasta mediados de marzo. Y bueno, pues estoy haciendo la transferencia a la persona que me va a sustituir. Entonces tampoco es una carga de trabajo como la que tenía antes de la selección. Y luego, compaginarlo con todas estas entrevistas, eventos y actividades. Voy a hacer algo de submarinismo para que en abril, cuando empecemos, pueda ir directamente a la piscina con los guantes o el casco, al principio, y luego ya poco a poco el resto del traje. Pero para empezar en la piscina que tienen en Colonia, donde tenemos una réplica de módulo Columbus. Estoy empezando a aprender un poquito de ruso, que también va a ser necesario, por lo menos llegar y conocer el alfabeto. Y poco más, la verdad. Buscar piso en Colonia, preparar la mudanza, y dejar todo aquí atado.
En cuanto llegues, ¿ya vais a empezar el entrenamiento físico-técnico? ¿O hay una transición teórica?
A ver, se va a compaginar todo. Va a haber una parte de ruso, una parte teórica, vamos a tener entrenamiento en piscina para actividades extravehiculares y luego habrá semanas en las que tengamos entrenamiento de supervivencia o quizá los vuelos parabólicos, aunque todavía no sabemos seguro si lo vamos a hacer este año o no. Va a ser variado.
En general, los dos primeros años serán un poco de entrenamiento más genérico, muy relacionado con la estación espacial, pero en general será parecido para todos y luego, una vez que te asignan una misión, sí que tienes dos años de entrenamiento específico para esa misión, en los que ya te metes un poquito más en los experimentos que tengas que hacer o si tienes que hacer alguna instalación o un labor de mantenimiento o lo que sea, pero enfocado a esa misión. Ahora están siendo de seis meses, que más o menos requieren sobre año y medio o dos años de preparación.
Pablo Álvarez, astronauta de la ESA (ESA).
Entonces, mínimo 2028 para volar, ¿no?
Para finales de 2026 para el primero de nuestra generación podría haber una oportunidad, pero bueno, 2027-2028 sería una meta todavía bastante buena.
En cuanto a las actividades y experimentos que realizarías en la Estación Espacial Internacional, ¿hay algo en concreto que te gustaría hacer?
Bueno, hombre, al final siendo ingeniero aeronáutico, habiendo trabajado en el ensamblaje de ExoMars y quizás por cercanía, pues una actividad extravehicular en la que instale algún instrumento científico, pues encantado de hacer algo así, pero no está en nuestra mano. Al final hay equipos enormes de personas decidiendo qué es lo que se hace y lo que no. Y con los experimentos solo somos los operadores de esos experimentos. Vamos a seguir nuestra checklist, y pues igual te toca cortar una hojita de una planta o ser tú el sujeto del experimento y probar algún medicamento o ver cualquier variable dentro de tu cuerpo. Y es algo que luego el equipo en tierra controla. Entonces, no tenemos mucha capacidad de elección. Cualquier cosa va a estar bien.
En cuanto a poder ir a la Luna con las misiones Artemis, ¿ves ese horizonte algo probable para tu generación?
Ahora mismo la ESA tiene 3 asientos comprometidos en Artemis. Creo que en 2027, en 2028 y uno a posteriori. En principio, para ir en Artemis tienes que haber estado en la estación espacial antes, un astronauta novato nunca irá en Artemis. Tendríamos que ir a órbita baja para formarnos. Entonces, para nuestra generación, si todos los plazos van como se esperan, creo que es un poco pronto esperar volar en cualquiera de estos tres asientos. A posteriori, pues veremos. Ojalá haya alguna oportunidad. Es complicado pero ojalá. Hay posibilidades.
Has trabajado en el róver Rosalind Franklin de ExoMars, una misión que se ha conseguido sacar adelante. ¿Cómo crees que la misión puede llegar a favorecer o a ser parte importante de la exploración espacial en Marte?
El objetivo de la misión es encontrar trazas de vida o de materia orgánica en Marte. Y para ello es la primera vez que una misión llevará un taladro que es capaz de extraer muestras de hasta dos metros por debajo de la superficie y analizarlas. Bueno, sería un uno de los mayores descubrimientos del siglo, diría, si llegan a confirmar que ha habido vida pasada o materia orgánica en Marte, porque dejaría claro que la vida es algo mucho más común de lo que creemos. Ojalá se pueda lanzar en 2028 y ojalá funcione todo bien. Es como cualquier cosa en la que hayas trabajado durante muchos años, pues dejas un poquito de tu alma en eso. Y para mí fue un alegrón que se anunciara que iban a seguir adelante con el proyecto y a desarrollar un módulo de aterrizaje europeo para que se lleve a cabo.
El director de la ESA dijo hace poco que Europa vive una crisis de lanzadores. ¿Cómo ves el futuro cercano del acceso independiente europeo al espacio? ¿Y un posible vehículo propio para ir a la Estación Espacial Internacional?
Pues ojalá. Aquí tenemos el know-how, el conocimiento sobre cómo desarrollarlo, y lo que hace falta en inversión, de que se están moviendo para ver si se sigue adelante o no. Ya se intentó en el pasado, teníamos Hermes a punto, que al final se canceló, pero el objetivo es también tener un acceso propio y una nave tripulada al espacio. Ojalá se consiga. Lo peor de una crisis, además de la propia crisis, es si encima no aprovechas esa crisis. Ahora que tenemos el problema con los lanzadores, pues sería buen momento para pegar un puñetazo en la mesa y poner la tecnología europea al nivel que se merece. Qué mejor que tener un acceso propio al espacio tripulado.
La industria espacial en España ha dado un acelerón en los últimos meses. ¿Cómo ves el futuro de la industria espacial española? ¿Cómo va a evolucionar en los próximos años?
Pues yo creo que se están haciendo las cosas muy bien y se están poniendo todos los ingredientes para que empiece a surgir mucha sinergia. Es un entramado empresarial bastante grande. Vamos a tener nuestros propios lanzadores, hay empresas de satélites y otras empresas pequeñitas. Tenemos a Airbus, que es capaz de desarrollar satélites completos para Copernicus. Hemos hecho el Cheops... Hay muchas cosas y creo que también crear la Agencia Espacial Española y poder ir con una única voz a Europa, tener a alguien que sea capaz de aprovechar esas sinergias, es importante. Además, hemos aumentado la contribución a la ESA y eso al final retorna a la industria, se multiplica por un factor de entre 3,5 y 4. Es una forma de trabajo con alto valor añadido y conocimientos a largo plazo y nuevas tecnologías. Entonces creo que se están haciendo las cosas bien y está acelerando mucho, está acelerando en todo el mundo. Pero es importante que nos subamos a ese carro y estemos ahí.