Argentina entra en el club más selecto de la industria espacial
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Argentina entra en el club más selecto de la industria espacial

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(infoespacial.com) Buenos Aires.- Para sorpresa de muchos, Argentina -y no Brasil- se ha convertido en el primer país latinoamericano que diseña, construye, integra y pone en órbita su propio satélite de comunicaciones geoestacionario (GEO). Eso le da derecho a entrar en un club muy selecto donde sólo están Estados Unidos, Rusia, China, Japón, India, Israel y la Unión Europea.

El Arsat-1, lanzado el 16 de octubre de 2014, es todo un hito regional. Producido por la empresa tecnológica INVAP para la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT), la plataforma suministrará un amplio espectro de servicios de telecomunicaciones, transmisión de datos, telefonía y televisión por toda Argentina, Chile,Uruguay y Paraguay.

Como parte de una constelación de tres plataformas, el Arsat-1 porta 25 transpondedores (receptores-transmisores) en banda Ku -doce transpondedores de 36 MHz, cuatro de 54 MHz y ocho de 72 Mhz- que proporcionarán a los argentinos y sus vecinos Televisión Directa al Hogar (DTH), internet accesible con antenas VSAT y telefonía IP.

La compañía Arsat, dependiente del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación, se ha ocupado del control técnico de todo el proyecto.

La empresa de alta tecnología INVAP, también de capital público, fue la responsable del diseño y de la integración del satélite y subcontrató algunos componentes a la empresas europeas Thales Alenia Space y Astrium (ahora Airbus Defence and Space). La construcción se llevó a cabo en el centro que INVAP posee en San Carlos de Bariloche, en la provincia de Río Negro.

Brasil también está desarrollando su propio satcom GEO pero va un poco rezagada en los plazos. El contrato de la plataforma de uso dual en banda S y en banda X lo ganó Thales Alenia Space Francia y el lanzamiento del satélite está previsto para 2016.

La carrera espacial también se dirime en el segmento de los lanzadores. Los brasileños están probando el cohete propulsor VS-30, de combustible líquido, con la idea de que sea un transporte de satélites a baja órbita (LEO). Pero los argentinos también están haciendo ensayos con el denominado cohete Tronador, que tendría unas características similares y por consiguiente directamente competitivas.

En cualquier caso, el desarrollo del satélite argentino Arsat-1, que opera con normalidad, es el mejor ejemplo del enorme salto tecnológico que ha experimentado Latinoamérica en la última década en lo que se refiere al sector del espacio.

Ese salto cualitativo también se evidencia en el gran interés que varios gobiernos del Cono Sur están demostrando por los satélites de fabricación propia y sus amplias aplicaciones civiles y militares.

Eso se refiere especialmente a Bolivia, que ha puesto en marcha un programa espacial muy activo mediante el satélite de comunicaciones Túpac Katari y que construyó gracias a la ayuda tecnológica y financiera de China.

Foto: Arsat



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