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La ESA ya es capaz de generar oxígeno en el espacio
La Agencia Espacial Europea (ESA) patrocina el dispositivo diseñado para producir oxígeno de la misma manera que lo hacen las plantas en la Tierra, y que puede usarse en la Estación Espacial Internacional, la Luna e incluso en Marte. Estas máquinas imitan el proceso de fotosíntesis y utilizan la luz solar y el agua para crear oxígeno, elemento esencial para la vida. Con esta investigación se da un gran paso para sustentar la vida en el espacio exterior.
El proyecto en curso está financiado por el elemento Discovery de las actividades básicas de la ESA. La idea fue propuesta originalmente a través de la Open Space Innovation Platform (OSIP) en respuesta a una convocatoria de ideas sobre tecnologías sostenibles de producción de hidrógeno.
La electrólisis es la forma más frecuente de producir oxígeno a partir del agua, pero requiere una corriente eléctrica. Un método alternativo, inspirado en las plantas, es usar dispositivos de fotosíntesis artificial que usan materiales semiconductores recubiertos con catalizadores metálicos y luz solar en lugar de electricidad para producir oxígeno a partir del agua.
La ingeniera de control ambiental y soporte vital de la ESA, Brigitte Lamaze, afirma que “se ha detectado agua en la Luna y en Marte, por lo que este estudio allana el camino para desarrollar un dispositivo alternativo que mantenga a los futuros astronautas respirando oxígeno fresco en las misiones de exploración”.
El equipo de investigación ha calculado que la fotosíntesis artificial funcionaría incluso en Marte, donde la luz solar es menos intensa al estar más lejos del Sol. Los espejos solares simples que concentran la luz solar, mejorarían el proceso y podrían conducir a mayores rendimientos de producción de oxígeno.
Se están realizando investigaciones sobre la tecnología de fotosíntesis artificial que podría ayudar a lograr los objetivos de sostenibilidad en la Tierra y en el espacio. El equipo de investigación de la Universidad de Warwick ha demostrado que la teoría es sólida. Sin embargo, se necesitarán varios años de investigación intensiva antes de que la tecnología pueda usarse en el espacio, ya que la exploración espacial depende de la energía renovable.
