La Agencia Espacial Española: No hay tiempo que perder
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La Agencia Espacial Española: No hay tiempo que perder

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(Infoespacial.com) Por Francisco Herranz- Estamos de enhorabuena. Después de meses, más bien años, de reflexión y debates, el Gobierno ha decidido, por fin, poner su grano de arena para la gestación de una futura Agencia Espacial Española. El asunto es más complejo de lo que parece pues se trata de aunar los intereses de seis ministerios, intereses que algunas veces no son complementarios si no más bien opuestos.

La importante decisión se adoptó por Acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) del pasado 20 de noviembre de 2014. En realidad no se crea una Agencia Espacial como tal, sino una Comisión Interministerial de Política Industrial y Tecnológica del Espacio, formada por el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, el Ministerio de Fomento, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el Ministerio de Economía y Competitividad, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que depende de Defensa, el Centro para el Desarrollo Técnico Industrial (CDTI), que depende de Economía, y la Agencia Española de Meteorología (AEMET), que depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente.

No es baladí que se aprobara pocos días después de que el presidente Mariano Rajoy visitara las instalaciones en España de la Agencia Espacial Europea (ESA), para celebrar el 50º aniversario de la cooperación espacial en el viejo continente.

¿Es importante la creación de una Comisión Interministerial del Espacio? Mucho. En palabras de Begoña Cristeto, secretaría general de Industria y de Pequeña y Mediana Industria, se trata de un "órgano colegiado para la coordinación y seguimiento de los aspectos industriales de la política nacional del espacio, con el objeto de defender los intereses de nuestras industrias y, sobre todo, mejorar el retorno industrial de la inversión pública nacional en dicho sector, porque los grandes organismos internacionales aportan mucho presupuesto, pero hace falta trabajar continuamente con ellos para que eso se derive en retornos y en contratos que vengan a nuestras empresas". En otras palabras, se trata de dinero.

La Comisión, en palabras de Cristeto, tiene dos objetivos principales. El primero es el ya citado de coordinación y gestión. El segundo, no menos relevante, es poner en marcha una planificación estratégica del sector para servir así de guía a futuras actuaciones. En la elaboración de este plan va a participar de forma muy destacada la industria espacial española a través de la Comisión PROESPACIO de la Asociación de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE). En realidad se renovará el Plan Estratégico Nacional del Espacio, elaborado por el CDTI para el periodo 2007-2011, y que no fue renovado con el cambio de Gobierno.

La primera reunión de la Comisión tuvo lugar el pasado 28 de enero. En ella se constituyó formalmente, se hizo un repaso de lo acontecido en la celebración del Consejo Ministerial de la ESA de diciembre de 2014 y, finalmente, se marcaron los próximos pasos a dar. Concretamente se acordó elaborar una Estrategia Nacional que tendrá una vigencia de cinco años, esto es, se extenderá hasta 2020. El embrión ha echado a andar y ya tiene una primera misión encomendada, una misión fundamental, pues esta Estrategia Nacional debe reflejar las prioridades y objetivos del sector del espacio, lo que servirá de orientación a las empresas españolas. Ahora bien, el prototipo debe crecer y convertirse en un ser propio. Es preciso no detenerse. La Comisión Interministerial debería ser la antesala de una Agencia Espacial Española. No hay tiempo que perder.

Nunca ha hecho tanta falta una Agencia Espacial como hasta ahora, cuando la dispersión del sector, debilitado por el "agujero negro" de 2012, todavía puede impedir la colaboración con futuros proyectos muy ventajosos con la ESA o con la NASA. No tener un entidad única que aglutine la totalidad de las actuaciones gubernamentales en materia de espacio nos ha hecho menos competitivos y más ineficaces en general frente a otras naciones. No disponer de una Agencia choca frontalmente con nuestro alto nivel dentro de la industria espacial europea, donde ocupamos el quinto lugar. Su ausencia habla por sí misma.

Algunas partes interesadas han esgrimido el argumento de que el proyecto no puede avanzar porque implica el gasto de una cantidad de dinero que ahora, con la crisis económica, no nos podemos permitir. Eso sólo ha servido para paralizar la idea y guardarla en un cajón. El debate del presupuesto es, sin embargo, artificial porque la Agencia Espacial Española podría ver la luz perfectamente con un coste cero, si se repartieran los gastos de las partidas ya existentes entre los distintos ministerios y departamentos.

La siguiente pregunta que se plantea es: ¿qué Agencia necesita España? ¿Acaso una al estilo de la DLR alemana, o de la CNES francesa, que tienen un gran peso de la industria nacional? ¿No sería preferible una organización más modesta, más parecida a la recién creada agencia británica (UKSA), que fomenta la contratación de proyectos tecnológicos propios y la divulgación popular de las ventajas asociadas al espacio? Esa cuestión la tendrán que responder los miembros de la Comisión Interministerial y también los integrantes de las principales empresas españolas que dedican su producción al fascinante campo del espacio.



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