Torres PLD Space "Nuestro objetivo es lanzar una carga al espacio en 12 meses"
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Torres PLD Space "Nuestro objetivo es lanzar una carga al espacio en 12 meses"

Foto PLD Space
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Raúl Torres es el CEO de PLD Space, una compañía ubicada en el parque científico de Elche cuya mayor aspiración es lograr en Europa lo que SpaceX hace en EEUU, es decir, lanzar un satélite al espacio en la mitad de tiempo que las instituciones públicas pero con las mismas garantías. En una primera parte de la entrevista concedida a infoespacial.com, Torres explicó cómo su compañía se ha convertido en la primera empresa privada en Europa que desarrolla de motores de combustible líquido para pequeños lanzadores. En esta segunda mitad de la entrevista, Torres destaca la ventaja de contar con el sector privado en los lanzamientos de pequeñas cargas.

¿Hay competencia en Europa en el lanzamiento de pequeñas cargas?

En España somos los únicos. En Europa hay pocas empresas. A nivel suborbital, los que prestan servicios de lanzamiento para la ESA son noruegos y suecos, principalmente Andoya Space Center y Swedish Space Corporation. La cuestión es que utilizan motores de combustible sólido. Utilizan cohetes de sondeo tradicionales, cogen un misil le quitan la carga militar y la cambian por experimentos. El problema es que tienen una serie de inconvenientes con respecto a la propulsión líquida. Estos cohetes generan unas grandísimas aceleraciones durante el vuelo, entre 15 y 25 G, muchos experimentos no pueden soportarlas. Por otro lado, el precio, son bastante caros y con tecnologías desechables. La ventaja de Arion I es que el precio por kilo es mucho menor, la mitad e incluso un tercio dependiendo del cohete que se utilice. Y luego, Arion I tendrá una aceleración máxima de 6 G. Es algo que todas las cargas de pago pueden asumir. Muchos experimentos, a día de hoy, no pueden volar.

¿Qué ventajas tiene una empresa privada como PLD Space?

A nivel de servicio somos una empresa privada en contraprestación con Andoya o Swedish que son instituciones públicas que trabajan para otra institución pública que es la ESA. Ofrecemos una mayor rapidez que pasa básicamente por una gestión privada del servicio de lanzamiento. Es más fácil que la empresa contrate con nosotros para volar una carga de pago que hacerlo por un concurso público. Por ejemplo, cuando el CNES o el DLR vuelan una carga de pago en un cohete de sondeo, normalmente suele tardar unos 36 meses entre la aprobación del vuelo del experimento y el vuelo en sí. Nosotros proponemos que en menos de 12 meses la carga de pago esté en el espacio. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, cuando United Launch Alliance quiere lanzar un cohete al espacio tienen una serie de problemáticas que básicamente están relacionadas con procedimientos internos demasiado largos. En cambio con SpaceX, el lanzamiento es en menos de un año y medio. Es un tema de agilidad.

¿Cuándo estará listo Arion II?

La diferencia de tiempo entre Arion I y Arion II es inferior a dos años. Para junio de 2020, está previsto el primer lanzamiento de Arion II. Si conseguimos lanzar el primer modelo y el vuelo es exitoso, la misma tecnología serviría para Arion II. El primero medirá diez metros y 0,6 de diámetro y el segundo tendrá 20 metros y 1,2 de diámetros. Un cohete es el doble del otro. La diferencia sería en tamaño y número de motores, el resto sería todo lo mismo. Desarrollando un único proyecto tecnológico se pueden crear dos cohetes distintos. Los inversores a veces nos preguntan porque desarrollar dos cohetes distintos si el objetivo real es Arion II. Se trata de reducción de riesgo, si vuelas primero con un cohete más pequeño y validas todas las tecnologías, en el salto al siguiente se reduce el riesgo. Estas volando con componentes que ya han volado.

¿Qué otros proyectos tenéis entre manos?

En Europa hay un problema, que los únicos bancos de ensayos para probar motores de combustible líquido son de la ESA o Airbus. Cuando un centro de investigación o una empresa están desarrollando un cohete no puede probarlo, porque no existe donde probarlo. Nosotros nos encontramos con ese problema. En 2012, cuando decidimos construir el cohete nos dimos cuenta de que no existía un centro donde probarlo. Teníamos dos alternativas: convertir un banco de ensayos de combustible sólido o construir uno propio. Lo que nos hemos dado cuenta es que ese banco de ensayos que hemos construido en el aeropuerto de Teruel se puede utilizar de forma comercial. Es decir, alquilarlo para otras empresas e instituciones que desarrollan tecnología. A partir de aquí, surge un proyecto con el DLR. Nos dimos cuenta de que estaba desarrollando una nueva tecnología de cámaras de combustión basada en fibra de carbono, pero que tenían problemas para probar la tecnología. Ofrecimos nuestras capacidades y a través de la Comisión Europea salió un proyecto. Es una forma de financiación para nosotros y, por otro lado, está el know how, recibimos conocimientos sobre el desarrollo de otros proyectos y nos damos a conocer a otras empresas. Trabajamos proyectos en la misma línea que básicamente es prestar servicios de ingeniería y de prueba de motores para empresas europeas.

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Foto: PLD Space

 



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