El telescopio espacial James Webb de la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) es, por el momento, el más potente del mundo, sin embargo, cuando su desempeño se une al de otros telescopios, el resultado de las imágenes que obtiene puede ser incluso más preciso. Así ha sido el trabajo en la obtención de las imágenes de la Galaxia Fantasma (M74). Para esta misión ha intervenido también el telescopio espacial Hubble debido a que posee una aguda visión en longitudes de onda ultravioletas que complementan la sensibilidad del Webb en frecuencias infrarrojas. En la obtención de las fotografías también ha intervenido otros radiotelescopios terrestres como el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, ALMA ubicado en el norte de Chile.
La Galaxia Fantasma se encuentra a unos 32 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Piscis, y se encuentra orientada casi de cara a la Tierra. Esto, unido a sus brazos espirales bien definidos, la convierte en un importante objeto de estudio para los astrónomos que estudian el origen y la estructura de las espirales galácticas.
La visión de Webb ha revelado delicados filamentos de gas y polvo en los grandiosos brazos espirales de M74, que serpentean hacia fuera desde el centro de la imagen. M74 es una clase particular de galaxia espiral conocida como espiral de gran diseño, lo que significa que sus brazos espirales son prominentes y están bien definidos, a diferencia de la estructura irregular y desordenada que se observa en algunas galaxias espirales. La falta de gas en la región nuclear también proporciona una vista sin obstáculos del cúmulo estelar nuclear en el centro de la galaxia.
Vistas de varios observatorios de la M74. Foto: ESA
Webb ha observado M74 con su instrumento Mid-InfraRed (MIRI) para conocer mejor las primeras fases de formación estelar en el Universo local. Estas observaciones forman parte de un esfuerzo más amplio para cartografiar en el infrarrojo 19 galaxias cercanas con formación estelar, realizada por la colaboración internacional bautizada como Phangs. Estas galaxias ya han sido observadas con el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA y con observatorios terrestres.
La adición de las observaciones cristalinas del Webb en longitudes de onda más largas permitirá a los astrónomos localizar las regiones de formación estelar en las galaxias, medir con precisión las masas y edades de los cúmulos estelares y obtener información sobre la naturaleza de los pequeños granos de polvo que vagan por el espacio interestelar.