La valenciana Arkadia, que desarrolla motores "verdes", ya ha conseguido tres contratos con la ESA
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La valenciana Arkadia, que desarrolla motores "verdes", ya ha conseguido tres contratos con la ESA

La startup española desarrolla prototipos que no sean tóxicos y peligrosos para el medio ambiente
Arkade space
Sede de Arkadia Space. Foto: Arkadia Space
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Arkadia Space, una compañía aeronáutica valenciana que se prepara para tener listo el motor propulsado por combustible ecológico, ya ha conseguido tres contratos hasta el momento con la Agencia Espacial Europea por valor de más de medio millón de euros, comenzando recientemente el último de ellos. El motor volará y se probará en órbita durante el 2024.

La startup española está desarrollando nuevos prototipos basados en el peróxido de hidrógeno como alternativa a la hidracina, la energía utilizada por el 98% de los vehículos espaciales. El motivo es que la hidracina no solo es peligrosa para el medio ambiente, sino también tóxica, como recuerda el cofundador y director ejecutivo de Arkadia, Francho García, por lo que se han propuesto desarrollar un motor "verde". Es de recordar que los cuatro fundadores de Arkadia proceden de otra firma aeroespacial emergente, PLD Space, que está a punto de lanzar el primer cohete espacial español. La empresa ya ha conseguido 1,6 millones de euros de financiación, tanto privada como pública y fue premiada como la startup más innovadora de la Comunidad Valenciana en los Premios Emprende XXI. La empresa también está trabajando para cerrar en los próximos meses una nueva ronda.

Segun García, la fundación de la empresa se debe a que "detectamos que había un nicho de mercado desatendido en la industria espacial: el de los motores de los satélites para maniobrar y situarse una vez ya se han transportado al espacio". 

Centrados en la innovación

La compañía valenciana apuesta para disminuir costes por materiales que hasta ahora no se utilizan en esos motores, como la cerámica, frente a las aleaciones actuales. Francho García explica que "no es una cerámica común como la que producen las fábricas de Castellón, sino unas cerámicas técnicas que permiten reducir el principal componente de un motor que es la cámara de combustión donde se expanden los gases a 1.600-1.700 grados". Un material que aún no se fabrica en España, pero en cuyo desarrollo ya trabaja el Instituto Tecnológico de Cerámica (ITC) para que pueda ser una alternativa que también permitiría suministrar a otros componentes, como por ejemplo sustituir al titanio en la fabricación de las turbinas de los aviones.

García añadió que "una de las bases para poder ofrecer un precio competitivo es poder contar con toda la cadena de valor cercana". La apuesta de la empresa no es sólo diseñar y probar sus motores en el aeropuerto de Castellón, sino también desarrollar una futura planta industrial "aunque aún estamos en una fase de I+D".

El CEO de Arkadia señala que "sólo el mercado de la propulsión orbital supone varios billones de dólares". Según su plan de negocio, la firma aspira despegar por encima de los 100 millones de euros en 2030.



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