Un satélite de Copernicus revela el rápido derretimiento de un glaciar antártico
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Un satélite de Copernicus revela el rápido derretimiento de un glaciar antártico

Uno de los ingenios Sentinel-2 dio cuenta que el glaciar Cadman pierde, en promedio, 2.160 millones de toneladas de hielo por año
Copernicus ESA Glaciar
Comparativa entre febrero de 2017 y noviembre de 2023. Firma: ESA
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La misión CryoSat de la Agencia Espacial Europea (ESA), que monitorea el hielo marino de los polos, ha revelado que el rápido derretimiento de un glaciar antártico: Cadman, que había estado estable durante medio siglo, retrocedió ocho kilómetros entre noviembre de 2018 y mayo de 2021. Las principales conclusiones se han obtenido gracias a la imagen y la información recopilada, principalmente, por uno de los satélites Sentinel-2 de Copernicus, la constelación con 25 años de existencia y una importante presencia de empresas españolas.

El estudio Nature Communications, dirigido por investigadores de la Universidad de Leeds, fue uno de los primeros en utilizar datos de Cryo-Tempo, un producto que ha proporcionado un registro ininterrumpido por más de 13 años. Cubre las partes terrestres y flotantes tanto Groenlandia como la Antártida, con mediciones de calidad controlada de la elevación de la superficie de la capa de hielo.

Los científicos detallan que, rodeada de aguas más cálidas, la plataforma se adelgazó y quedó separada del fondo del mar, lo que significa que ya no pudo frenar el avance del glaciar. La duplicación de su velocidad aumentó la cantidad de hielo descargado al mar en forma de icebergs mediante un proceso conocido como "desprendimiento". Cadman está ahora en un estado de “desequilibrio dinámico sustancial”, y la pérdida de hielo del glaciar continúa a un ritmo de alrededor de 2.160 millones de toneladas (o 20 metros de elevación de la superficie) cada año.

Cryo Tempo ESAFirma: CryoSat ESA

La participación de los satélites

En total, se utilizaron nueve satélites para monitorear el retroceso del glaciar Cadman, incluidos el CryoSat de la ESA y el Copernicus Sentinel-1 de Europa. El ICESat-2 de la NASA, parte de una innovadora colaboración Cryo2Ice para medir la nieve sobre el hielo, también proporcionó datos. 

El líder del proyecto del Centro Ambiental de Lancaster y el Centro de Excelencia en Ciencia de Datos Ambientales (Ceeds), Mal McMillan, comenta que "este es uno de los muchos estudios que pueden beneficiarse del registro excepcional de Cryo-TEMPO de nuestra criósfera cambiante". La Península Antártica tiene cientos de estos glaciares pequeños y altamente dinámicos, que son notoriamente difíciles de monitorear. Este análisis refuerza la importancia de desarrollar nuevas observaciones satelitales de alta resolución del cambio de la capa de hielo y de invertir en programas satelitales a largo plazo, como Copernicus y su futura misión Cristal, para monitorear la futura pérdida de hielo”.

El investigador de la Universidad de Leeds, Benjamin Wallis, comentó que "nuestro estudio reunió datos de tres décadas, nueve misiones satelitales diferentes y mediciones oceanográficas in situ para comprender los cambios que ocurren en la Antártida. Esto demuestra lo importante que es tener un seguimiento a largo plazo de las regiones polares de la Tierra con una gama de sensores que nos cuenten una parte diferente de la historia".



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